Un viaje en el tiempo

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22 de febrero

Una tienda de cinco centavos

“Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza... nada sería imposible” (Mateo 17:20, NTV).

Una de las primeras cadenas comerciales de gran éxito en los Estados Unidos fue la tienda de cinco centavos. Y ¿qué es? Cuando surgió, la idea era que hubiera una tienda en la que todo costara solo cinco centavos, similar a las tiendas de dólar de hoy en día. Ahora bien, puede parecerte sorprendente que se pueda comprar cualquier cosa por cinco centavos, excepto quizá caramelos. Pero hay que recordar que, en aquella época, con cinco centavos se podía comprar todo tipo de cosas: chocolates, juguetes para niños e incluso alimentos básicos. En esos días, cuatro centavos equivalían, aproximadamente, a un dólar de hoy en día.

El 22 de febrero de 1879, Frank Woolworth abrió su primera tienda de cinco centavos en Utica, Nueva York. Por desgracia, la idea del señor Woolworth no funcionó demasiado bien ese primer año. La tienda fue una gran decepción. Después de las primeras semanas, las ventas llegaron a ser de 2,50 dólares al día. Finalmente, Woolworth trasladó su tienda a Lancaster, Pensilvania, donde resultó ser un verdadero éxito.

El señor Woolworth llegó a crear toda una cadena de tiendas conocida como Woolworth’s. Tal vez nunca hayas oído hablar de ella, pero fue la precursora de todas las tiendas de éxito que empezaron en alguna esquina de cualquier ciudad local. Un buen ejemplo es 7-Eleven, o quizá las farmacias CVS. Y por supuesto, los negocios de “todo por un peso”.

El señor Woolworth empezó desde abajo y las cosas fueron muy inestables durante un tiempo. Al pasar los días con esa pequeña campana en la puerta colgando en silencio durante horas, tal vez sus amigos finalmente le aconsejaron que empezara a empacar. Tal vez su familia intentó animarlo a cambiar por otra línea de negocio. Quizá, cada noche, volvía a su casa desanimado, preguntándose si valía la pena el esfuerzo. Pero pensar en tener éxito lo animó a seguir teniendo fe en su idea y, finalmente, su vacilante negocio creció hasta convertirse en una empresa gigantesca y exitosa, con la que ganó cantidades asombrosas de dinero.

Hoy, Jesús te invita a poner tu fe en él. Tal vez sientas que no tienes mucha fe o que la que tienes es muy débil. Pero, recuerda su promesa de que incluso un pedacito no más grande que un grano de mostaza, una de las semillas más pequeñas del mundo, es lo suficientemente grande como para que él lo transforme en una empresa grande y exitosa. ¡No te rindas!

23 de febrero

Los derechos de los animales

“Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun larealizada en secreto” (Eclesiastés 12:14, NVI).

El 23 de febrero de 1883, la Sociedad Americana Antivivisección fue organizada por Caroline White en Filadelfia, Pensilvania. ¿La AAVS?, dirás. ¿Qué es eso? Es una organización parecida a la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales.

La AAVS es la organización de defensa de los animales sin fines de lucro más antigua de los Estados Unidos, y sus miembros se interesan por detener las investigaciones experimentales en las que se abre a los animales vivos o se los opera sin la anestesia adecuada. En la actualidad, la organización también hace campaña contra los laboratorios de investigación que experimentan con animales para fabricar cosméticos, productos para el cabello, limpiadores y medicamentos de muchos tipos.

Caroline fue muy activa en la organización; y su marido, que era abogado, la ayudó a conseguir apoyo gubernamental para sus programas. Ella también trabajó muy duro contra la cacería de aves en cautiverio. Este deporte consiste de torneos de tiro en el que se sueltan aves, como palomas, y los participantes les disparan para practicar su puntería. Caroline además trabajó a fin de crear refugios de animales para perros y gatos sin hogar, y de mejorar las condiciones en las que se transportaba el ganado de un lugar a otro. En aquella época, los animales que eran llevados a los mercados tenían que viajar en vagones de ganado abiertos o en camiones, incluso en climas muy fríos. A menudo, se los hacinaba en corrales sucios durante días, en espacios demasiado pequeños para la comodidad normal. En algunos países, esto todavía no ha cambiado mucho.

Una cosa es tener que matar a un animal por una razón específica, pero otra muy distinta es ser cruel con ese animal, y matarlo innecesariamente o hacerlo sufrir. Matar y producir miseria son conceptos extraños para Dios. No era su plan que sus criaturas tuvieran que sufrir pero, cuando el pecado entró en este mundo, el sufrimiento de los animales vino con él. Como hijos de Dios, debemos hacer todo lo posible para evitar el sufrimiento y el dolor de los animales. Dios creó a los animales a fin de que fueran una bendición para los seres humanos, que tenían dominio sobre ellos, y en los rostros y el comportamiento de los animales vemos la sabiduría y la provisión de un Dios amoroso. Vemos gracia y agilidad en el vuelo del águila calva, fidelidad en el perro de la familia y humor en las travesuras de los monos de los bosques. En cada criatura que Dios ha hecho, podemos ver algo de su genialidad y creatividad.

24 de febrero

Presidente destituido

“Así que comete pecado todo el que sabe hacerel bien y no lo hace” (Santiago 4:17, NVI).

El 4 de febrero, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos votó a favor de la destitución del presidente de los Estados Unidos. ¿En qué año? 1868. ¿Qué presidente? Andrew Johnson. ¿Por qué? Porque despidió a uno de los funcionarios de su gabinete, Edwin Stanton, Secretario de Guerra. Evidentemente, Stanton era un hombre muy popular. Los cargos que fueron presentados contra Johnson incluían el uso ilegal de la ley federal, el uso corrupto de su poder de veto y la interferencia en las elecciones del gobierno. El Senado celebró entonces su juicio de destitución en el pleno del Senado, con 54 senadores como jurados. Cuando se contó la votación, el resultado fue de 35 a 19 contra el presidente Johnson. Sin embargo, eran necesarios dos tercios de los votos, así que faltaba uno para que se aprobara la destitución. Por lo tanto, el primer y único esfuerzo para destituir a un presidente fracasó. Más de cien años después, el presidente Richard Nixon estuvo a punto de ser destituido por el escándalo de Watergate, pero dimitió.

Estados Unidos cuenta con un excelente sistema de control y equilibrio en su Constitución: el Congreso, la Corte Suprema y el Presidente. No a todo el mundo le gusta lo que ocurre en los niveles superiores del gobierno y, aunque probablemente haya una buena cantidad de corrupción en cada rama, podemos decir que Estados Unidos tiene una de las mejores formas de gobierno del mundo actual.

Ahora bien, probablemente nunca sabremos si el presidente Johnson fue realmente culpable de todas las cosas de las que se le acusó; pero una cosa es segura: cuando entras en el mundo de la política, la gente te acusa enfáticamente si cree que eres culpable, haya evidencias o no. Para tener éxito, tienes que acostumbrarte a ello. Pero, lo más importante es que sigas el consejo de Santiago cuando dice: “Comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace”.

Daniel fue un excelente ejemplo de un político que siempre hizo lo correcto. Tuvo padres piadosos que le enseñaron a ser fiel a Dios, recibió una educación de primera categoría y mucha experiencia práctica trabajando en la cúpula de una superpotencia mundial. Sin embargo, como vemos una y otra vez en las páginas del libro que escribió y lleva su nombre, el verdadero secreto de su éxito fue que Dios era lo más relevante en su vida diaria. Se aferró a las promesas de Dios y aceptó sus decisiones; y se mantuvo firme, incluso cuando se enfrentó a esos leones hambrientos. Hizo lo correcto. Siempre.

25 de febrero

Locura temporal

“Controla tu carácter, porque el enojo es el distintivode los necios” (Eclesiastés 7:9, NTV).

¿Has oído hablar de acusados en los tribunales que cuya defensa alegra desequilibrio mental? Se hace con bastante frecuencia. Daniel Sickles, un congresista de Nueva York, fue el primer acusado en la historia de los Estados Unidos que recurrió la locura como defensa en un caso criminal. Fue el 25 de febrero de 1859. En un ataque de celos por un asunto relacionado con su esposa, Daniel disparó y mató a un hombre llamado Philip Key. (Curiosamente, el hombre al que disparó era el hijo de Francis Scott Key, el autor del himno nacional de los Estados Unidos.) Basándose en las circunstancias, el abogado defensor del caso decidió utilizar la declaración de “demencia temporal” o “no culpable por razón de locura”. Sorprendentemente, Daniel Sickles fue absuelto, allanando el camino para absoluciones similares en el futuro.

Cientos de acusados han recurrido a la declaración de demencia desde entonces, pero se utilizó con mayor eficacia durante las décadas de 1940 y 1950. Alrededor del 1 % de todos los casos juzgados utilizan la defensa por demencia y, en el 90 % de los casos exitosos, el que alegaba demencia era considerado un enfermo mental. Muchos estados, como Idaho y Utah, prohíben ahora esta defensa.

La duda es: ¿Puede un hombre volverse temporalmente loco cuando experimenta un grave trauma o tragedia en su vida? ¿Puede una mujer realmente perder todo control de sí misma como sugiere la alegación de locura? Muchos psicólogos asienten con la cabeza, pero ¿cómo sabemos quién está loco de verdad y quién no, aunque sea temporalmente? Esa es la pregunta del millón, ¿no? Una cosa es segura: si no aprendemos a contenernos ni pedimos ayuda para lograrlo, y dejamos que nuestras emociones nos lleven a perder el control, ponemos en riesgo cosas importantes en nuestra vida. No solo nos arriesgamos a quedar encerrados durante mucho tiempo, sino también ponemos en juego nuestra carrera, nuestra familia, nuestro futuro.

 

La vida puede arrojarnos todo tipo de basura. La gente puede maltratarnos y acusarnos de cosas que no hemos hecho. Pueden robarnos o incluso causarnos daños físicos. Lo importante no es lo que nos sucede, sino cómo lo manejamos. Piensa en Jesús, que fue golpeado, escupido y clavado en una cruz en retribución por pasar su vida animando, sanando y dando vida. Si dedicamos tiempo a estudiar de forma coherente y sincera cómo manejó Dios las injusticias que le ocurrieron, obtendremos la visión y la capacidad de responder, con éxito, de forma similar. Y una súplica de ayuda a Dios es mejor que una declaración de locura temporal.

26 de febrero

El bombardeo del Trade Center

“Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben queen ningún asesino permanece la vida eterna” (1 Juan 3:15, NVI).

A las 12:18 p.m. del 26 de febrero de 1993, una bomba explotó en el World Trade Center de Nueva York; dejó un cráter de 60 metros de ancho, mató a seis personas e hirió a varios cientos. Cincuenta mil personas fueron evacuadas de forma segura en una operación de rescate que costó millones de dólares por la interrupción de los sistemas de comercio y transporte de la ciudad. Fue un momento de miedo desesperado para todos los atrapados en las torres. Algunos tuvieron que bajar hasta 110 pisos para escapar del edificio. Muchos aprendieron lecciones que les salvarían la vida ocho años después, cuando las torres volvieron a ser atacadas, y muchas más personas murieron. El FBI encabezó una persecución sin cuartel que, finalmente, condujo a la captura de Omar Abdel Rahman en julio de ese mismo año. El líder islámico radical de Oriente Medio fue detenido en la puerta de una mezquita en Brooklyn, Nueva York.

Este crimen desesperadamente odioso no fue el producto de la emoción de un momento. Durante los dos meses anteriores al atentado, los terroristas, motivados por un odio que les destrozaba el corazón, trabajaron con perseverancia para reunir los materiales necesario y prepararlos a fin de conseguir el máximo efecto posible. Vivían en Nueva Jersey, y alquilaron un espacio de almacenamiento donde podían trabajar en la bomba antes de cargarla en una furgoneta de alquiler que denunciaron como robada. Condujeron la bomba de 680 kilos de explosivos hasta el estacionamiento en el sótano de una de las Torres Gemelas, activaron el temporizador y huyeron. Cuando detonó, la explosión sacudió el World Trade Center, trayendo el oscuro amanecer de una nueva era en el terrorismo.

Juan nos recuerda que aquellos que se deleitan en odiar y permiten que esa oscura emoción les infecte el corazón, no tienen ninguna posibilidad de vida eterna. El odio siempre lleva al camino de la muerte eterna. Algunos que han permitido que la flor negra del odio floreciera hasta la destrucción han sentido que estaban obligados a seguir ese camino, pero no es cierto. Es posible detenerse. Como seres humanos, tenemos total libertad para elegir entre el odio y el amor, entre la muerte y la vida. Sin embargo, aunque pensemos que nunca detonaríamos una bomba que acabará con algunas vidas, si elegimos comprar los materiales y pasar nuestros días ensamblando los componentes, estamos albergando odio en el corazón aunque nos detengamos allí. Y es el odio lo que nos alejará de la vida eterna. ¿Por qué no le pides a Dios ahora mismo que te llene tanto de su amor que no haya lugar para el odio?

27 de febrero

Sustituto del azúcar

“La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. [...] Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulcesque la miel, la miel que destila del panal” (Salmo 19:7, 10, NVI).

Hoy en día tenemos todo tipo de endulzantes sustitutivos del azúcar, como la sacarina, la sucralosa y el aspartamo. La sacarina fue anterior a todos ellos al menos por cien años. En este día de 1879, se inventó la sacarina. Es un hecho muy sorprendente. Cuando pensamos en los sustitutos del azúcar, no se nos suele ocurrir que se descubrieron hace 140 años. Al fin y al cabo, en el siglo XIX, el azúcar recién estaba empezando a ganar terreno como endulzantes en las empresas de alimentos y en las mesas.

La sacarina fue descubierta por Constantine Fahlberg en la Universidad John Hopkins de Baltimore, Maryland, Estados Unidos. Se refirió a ella como ­tolueno-sulfoclorido. (¡Repítelo, repítelo, rápido, rápido, rápido, cinco veces seguidas!) La sacarina es una sustancia química edulcorante que tiene algunas propiedades muy interesantes. Es 550 veces más dulce que el azúcar de mesa, no tiene calorías y el cuerpo humano no puede absorberla. No tiende a favorecer las caries dentales, tiene una vida útil bastante larga y deja un sabor ligeramente amargo. En la década de 1970, los estudios de laboratorio sugirieron que la sacarina podía provocar cáncer de estómago en las ratas. Sin embargo, estos hallazgos se revirtieron posteriormente cuando se descubrió que las ratas habían ingerido cantidades exorbitantes de sacarina. A pesar de su atractiva cualidad de tener cero calorías, incluso la sacarina puede causar problemas de salud si se consume en exceso.

Nuestros cuerpos son el templo de Dios y necesitamos mantenerlos sanos para él. David dijo que las leyes de Dios son perfectas y están diseñadas para hacernos sabios. Al hablar de ellas, no solo se refería a los Diez Mandamientos, sino también a leyes de la salud, entre otras. Dios nos presentó estas leyes de salud en el Jardín del Edén con Adán y con Eva, las compartió en el desierto con los hijos de Israel, y las explicó con gran detalle a través del ministerio de Elena de White. Dios no inventó estas leyes arbitrariamente para robarles a nuestras papilas gustativas un placer temporal o para hacernos sentir culpables por no comer bien. Son sus dones. Él quiere que experimentemos el placer duradero que disfrutamos al mantener nuestros cuerpos en la mejor condición. Cuando nos comprometamos a comer alimentos sanos y naturales, descubriremos que las papilas gustativas empezarán a disfrutar del cambio. Las leyes de Dios son más valiosas que el oro fino y más dulces que la miel. ¿Por qué no te sirves un poco hoy mismo?

28 de febrero

Mapeo del ADN

“Dios miró todo lo que había hecho, y consideróque era muy bueno” (Génesis 1:31, NVI).

El 28 de febrero de 1953, los científicos de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, anunciaron que habían registrado la forma y el diseño de la molécula de ADN humano. Los dos científicos que hicieron el descubrimiento fueron James Watson y Frances Crick. Más de 80 años antes, en 1869, habían sido descrito como ácido desoxirribonucleico, o ADN, para abreviar. Sin embargo, no fue sino hasta 1953 que se descubrió que la molécula de ADN era una doble hélice formada por cadenas de moléculas de proteína unidas en forma de doble espiral.

Por si te perdiste, estamos hablando de que, por primera vez, los científicos pensaron que podían crear vida. En su mente, el hombre ahora sería capaz de juntar los bloques de construcción básicos de la biología. Una hoja, un gusano, un dedo humano no estarían ahora más allá del ámbito de la posibilidad. O eso pensaban.

Esa noche, camino a su casa, Watson se detuvo a cenar con sus amigos y exclamó: “Hemos encontrado el secreto de la vida”. La verdad no estaba tan lejos, en realidad. Ahora entendían mejor cómo los rasgos genéticos del color del pelo, el color de los ojos y la inteligencia podían transmitirse de generación en generación. Este concepto cambió por completo la forma en que los científicos veían la genética. Ahora se daban cuenta de que, mirando dentro del ADN, podían saber si un bebé era propenso a tener una enfermedad genética. Ahora podían alterar la forma en que crecen los alimentos, ayudar a identificar a los criminales y encontrar curas para enfermedades como el sida.

Pero este descubrimiento ¿conllevó algún peligro? Solo Dios puede entender realmente cómo funciona el ADN y, si jugamos con él sin comprender plenamente lo que estamos haciendo, podemos crear problemas mayores de los que ya tenemos. El delicado equilibrio del cuerpo humano depende de muchas cosas: hormonas, niveles de energía, inmunidad a las enfermedades... la lista es interminable.

No somos Dios, y tenemos que recordarlo. Solo Dios puede crear vida. Incluso si el hombre pudiera aprender a juntar todas las piezas de un cuerpo humano, molécula por molécula, célula por célula, tejido por tejido y órgano por órgano, ¿cómo haríamos que todo funcionara en armonía? Y lo que es más importante, ¿cómo les daríamos la chispa de la vida? La genética es un campo asombroso, pero conocer al Creador del código genético es aun más emocionante. Él es nuestro Dios todo compasivo, nuestro Amigo fiel y nuestro sabio Hacedor.

1o de marzo

El Parque Nacional de Yellowstone

“Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara” (Génesis 2:15, RVR 95).

¿Has estado alguna vez en el Parque Nacional de Yellowstone, o leíste u oíste hablar de él? Aunque el parque ha llegado a ser conocido como uno de los lugares de campamento favoritos de los Estados Unidos, en los primeros tiempos no era un lugar muy seguro para llevar a tu familia. No había puestos de guardabosques, torres de bomberos, ni campamentos construidos, y los cazadores furtivos deambulaban a sus anchas por el lugar.

En día como hoy, en 1872, el presidente Ulysses Grant reservó en Wyoming más de 8.000 kilómetros cuadrado de tierra para convertirlos en un parque nacional de uso público. Pero había un largo camino que recorrer antes de que el parque estuviese listo para el campista medio. En la década de 1880, se envió al ejército para expulsar a los cazadores furtivos, de modo que el parque fuera seguro tanto para los animales como para los turistas. Y entonces, se aprobaron leyes que protegían a muchos de los animales, incluida la población de bisontes norteamericanos que estaban a punto de extinguirse.

El turismo siempre ha sido un aspecto importante del Parque Nacional de ­Yellowstone. A principios del siglo XX, los trenes llevaban a grandes cantidades de visitantes. Hoy se calcula que, en promedio, dos millones de personas lo visitan cada año. Y la cantidad de animales también se ha multiplicado, lo que hace que sea uno de los lugares más populares para visitar en vacaciones familiares. Bisontes, alces, pumas, antílopes americanos, lobos, osos negros y osos pardos son solo algunos de los animales que se pueden ver en el parque. Lamentablemente, a lo largo de los años, el parque ha tenido problemas en cuanto a la prevención de incendios. En 1988, una serie de incendios forestales arrasó el parque, quemando más de 5.700 kilómetros cuadrados de bosques y praderas. En la actualidad, los gestores y la administración del parque llevan a cabo un programa más equilibrado de conservación de los bosques.

Dice mucho de nuestro Dios y de lo que siente por nosotros que no haya creado un vasto planeta solo de tierra. O solo de rocas. O solo de hierba. Esculpió majestuosos picos montañosos, extendió praderas vestidas de flores silvestres, esculpió lugares donde el agua chispeante podía caer sobre los acantilados; llenó este variado paisaje con todo tipo de animales; y luego nos lo entregó para que, con él a nuestro lado, disfrutemos y exploremos el Jardín del Edén (primero) y lugares como el Parque Nacional de Yellowstone (después). ¡Qué placer es agradecerle por su hermosa creación al cuidar estos destellos del paraíso!

 

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