Propósito transformador masivo

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Algunos ejemplos de estas compañías son Instagram que, como comentábamos antes, conecta con una abundancia de fotografías; Google que conecta y gestiona la abundancia de información que encontramos en Internet; AirBnB que conecta con la abundancia de lugares disponibles para alojarse y los ofrece a los turistas. Todas ellas han crecido de un modo exponencial, como por ejemplo AirBnB, que a los pocos años de surgir se convirtió en la compañía de alojamiento más grande del mundo.

Cuando Salim Ismail y sus colaboradores analizan los elementos concretos, que normalmente caracterizan las Organizaciones Exponenciales, descubren que hay once características, a las que denominan Atributos ExO, que son los elementos que siempre implementan las Organizaciones Exponenciales. Algunos de estos Atributos ExO están centrados en conectar con la abundancia y otros están centrados en gestionarla para crecer de manera exponencial. Todas las Organizaciones Exponenciales no siempre implementan los once atributos, sino que dependiendo de la compañía se implementarán unos más que otros.

Sin embargo, de entre todos los Atributos ExO hay uno en específico que es implementado por esta nueva generación de Organizaciones Exponenciales sin excepción. Precisamente se trata del Propósito Transformador Masivo (MTP), que describe el motivo por el que la organización existe y cómo pretende impactar positivamente al mundo.

El propósito sitúa a las organizaciones en otro nivel, en muchos sentidos. Por un lado, podemos asegurar que hoy en día las mayores oportunidades de negocio están asociadas a resolver los grandes retos a los que se enfrente la humanidad. Aunque este tipo de organizaciones va más allá de los resultados económicos, realmente tienen un propósito que las mueve y esto hace que se generen comunidades alrededor de ellas dispuestas a ayudarlas a conseguir su propósito. Un buen ejemplo de esto es TED, una organización exponencial de eventos que ha conseguido movilizar a millones de personas en todo el mundo, en tan solo unos pocos años.

El Propósito Transformador Masivo es un complemento a la visión y a la misión de las organizaciones tradicionales. Las Organizaciones Exponenciales ya no solamente quieren definir en qué quieren convertirse en el futuro (visión) y cómo lo conseguirán (misión), sino que también definen por qué existen en el mundo (propósito).

Las Organizaciones Exponenciales y aquellas que adoptan los Atributos ExO de un modo u otro, se están convirtiendo en la siguiente generación de compañías que están emergiendo exitosamente de esta Cuarta Revolución Industrial y que están sustituyendo a las empresas tradicionales.

La Primera Revolución Evolutiva

La explosión de las nuevas tecnologías exponenciales tiene y tendrá, si cabe, un mayor impacto en las personas que, incluso, el que ha tenido y el que tendrá en las organizaciones.

Tal y como describieron Peter Diamandis y Steven Kotler en su libro «Bold» (Valiente), el efecto del progreso tecnológico se puede encapsular en las famosas 6 D’s, que describen las implicaciones prácticas de las tecnologías exponenciales en nuestra vida real: Digitalización, Decepción, Disrupción, Desmonetización, Desmaterialización y Democratización.

La primera de ellas es la Digitalización, ya que es lo primero que ocurre cuando aplicamos tecnología a cualquier dominio y, de hecho, hoy en día la mayor parte de las actividades que hacemos está afectada por la digitalización de algún modo. A continuación, entramos en una fase de Decepción, al no encontrar los resultados esperados en el corto plazo tras la implementación de la tecnología en un nuevo dominio. Pero, debido a la evolución exponencial, tarde o temprano todo termina Disrumpiéndose, debido al eventual éxito y al cambio que genera la tecnología en la forma en la que se hacen las cosas en dicho dominio. La siguiente fase es la Desmonetización, ya que la tecnología hace que todo sea mucho más económico o, incluso, gratuito. Por otro lado, la tecnología también genera una Desmaterialización de los objetos, simplemente piensa en cuántos dispositivos que antes eran físicos llevamos hoy en día en nuestros dispositivos móviles (linterna, calculadora, bloc de notas, etc.). Y finalmente, llega la fase más importante: la Democratización, ya que tarde o temprano los nuevos avances tecnológicos terminan llegando a todo el mundo, lo que nos da a todos posibilidades que antes eran inimaginables para una gran mayoría.

Todos llevamos en nuestros bolsillos dispositivos móviles con mayor capacidad de procesamiento que el mayor supercomputador que la NASA tenía hace 50 años. Además, estos dispositivos cada vez son más inteligentes y nos ayudan a tomar decisiones del día a día o decisiones complejas. En unos años, todos contaremos con impresoras 3D en casa para poder imprimir diferentes tipos de objetos o, simplemente, educar a nuestros hijos en el diseño y fabricación de distintos elementos. Y por supuesto, muy pronto seremos capaces de curar enfermedades complejas mediante la edición genética. Y esto será solo el principio, llegará un momento en el que mejoremos la especie gracias a ello.

Párate a pensarlo por un momento; la evolución de nuestra especie humana ya no se rige únicamente por la selección natural, por el ensayo y el error de mutaciones genéticas en la naturaleza, tal y como han evolucionado las especies animales hasta nuestros días. Los seres humanos están complementando sus funciones y habilidades con la tecnología, llevamos haciéndolo siglos: mejorando nuestra propia piel natural con ropa, desplazándonos con mayor rapidez mediante distintos tipos de vehículos, etc. Y la velocidad con la que estamos adoptando nuevos tipos de tecnologías está acelerando. Pronto aumentaremos nuestra inteligencia natural con la Inteligencia Artificial. De hecho, ya lo hacemos de manera continua cuando utilizamos nuestros dispositivos móviles para buscar información de cualquier tipo o, simplemente, para hacer una operación compleja utilizando la calculadora. Pronto editaremos nuestro organismo mediante la edición de nuestro propio ADN.

¿Qué está ocurriendo?

Lo que realmente está ocurriendo es la Primera Revolución Evolutiva, ya que es la primera revolución que no solo afecta a las empresas y a las industrias, sino también a todos nosotros, a la especie humana. La pregunta ahora es: ¿qué deberíamos hacer las personas para navegar adecuadamente en esta revolución?

Como vimos antes, en distintas etapas históricas los humanos han conseguido sobrevivir o tener éxito por distintos factores. Y por lo tanto, en esta nueva etapa en la que estamos entrando, dominada por la tecnología y caracterizada por la integración de nuevas tecnologías exponenciales con nuestra propia vida y especie, el factor de éxito será diferente a los anteriores. En este momento ya no es tan relevante la fortaleza física (ya que vivimos en un mundo civilizado en el que la violencia no domina nuestro día a día y para obtener alimentos no es necesario cazar), ni es tan relevante la posición social en la que nace una persona (ya que tenemos estructuras sociales que atienden las necesidades más básicas) y pronto ni siquiera será tan relevante la inteligencia (ya que todos contaremos con acceso a sistemas de Inteligencia Artificial que podrán extender nuestra propia inteligencia).

Para saber cuál será el factor que diferenciará a las personas exitosas y felices de las que no lo son, en esta nueva etapa, tenemos que volver a tomar como referencia la Pirámide de Maslow. En un mundo en el que las necesidades más básicas dentro del modelo están cubiertas (e incluso las intermedias), es precisamente el propósito lo que diferencia a los individuos que viven una vida con sentido de los individuos que no la viven.

Hoy en día, las personas que tienen las necesidades cubiertas (incluso, a veces, cuando tampoco las tienen) y que no cuentan con un propósito claro de vida, en muchas ocasiones se sienten vacías, se sienten perdidas. Como Marcus Aurelius expresó hace siglos: «Una persona que no sabe cuál es su propósito en la vida, tampoco sabe quién es ella ni qué es el universo».

Sin embargo, cuando una persona es consciente de su propósito en la vida, más allá de su trabajo (aunque, a veces, coincide), lo que observamos es una persona apasionada, una persona con una energía y una vitalidad que le permiten desarrollarse a un nivel por encima del resto.

La nueva generación de líderes y de jóvenes está profundamente marcada por esta tendencia; son personas con un claro propósito y una fuerte determinación para hacerlo realidad, incluso generando cierta controversia. Un claro ejemplo es Elon Musk (CEO de Tesla) quien, más allá de los objetivos económicos de su compañía, tiene el claro propósito de llevar a la humanidad al siguiente nivel, desarrollando nuevos modelos que nos permitan contar con energía libre y gratuita para todos, o desarrollando una nueva tecnología que no solo nos permita alcanzar nuevos planetas (como Marte), sino que también nos permita transportarnos de un modo mucho más rápido y eficiente.

Otro de los ejemplos que más me inspira es el de Jack Andraka, un adolescente estadounidense que, con tan solo 14 años, encontró un nuevo método diagnóstico para el cáncer de páncreas, mejorando considerablemente los métodos previos. Y consiguió realizar este nuevo descubrimiento investigando a través de la información que encontró en Google.

También merece ser mencionado el caso de Greta Thunberg, quien tiene un claro propósito de salvar nuestro planeta y está dedicándose por completo a ello, con numerosas apariciones en prensa y televisión a pesar de tener un trastorno del espectro autista.

Esta nueva generación de líderes y de jóvenes no está sola; siempre han existido las personas con un propósito claro. Uno de los elementos comunes de las personas con un propósito es que suelen desarrollar habilidades orientadas a alcanzar sus metas. Las personas orientadas a un propósito siempre contarán con una ventaja competitiva respecto a las que están motivadas por una obligación impuesta, por cuestiones económicas y por imposiciones externas frente a algo que nace de dentro: el propósito.

 

Y, por último lo que también parece estar claro en esta Primera Revolución Evolutiva es que el nuevo criterio evolutivo, que diferenciará los individuos exitosos de los que no lo sean, es el propósito. Ni siquiera la inteligencia va a ser un componente tan determinante, ya que todos contaremos con tecnología que aumentará y mejorará nuestra capacidad de tomar decisiones. Si quieres tener una carrera de éxito o una vida plena, es necesario que encuentres aquello que le da sentido a tu existencia, que sientas el motivo por el que estás en este universo.

Por lo tanto, si todavía no tenemos claro nuestro sentido en la vida, la siguiente pregunta que debemos respondernos es: ¿cómo encuentro mi propósito?

Conecta con tu niño interior

Hemos visto cómo hay niños y adolescentes que cuentan con un propósito tan claro en sus vidas que no hay duda de que han nacido para ello. Sin embargo, muchos de vosotros no tenéis tan claro cuál es vuestro propósito en la vida, cuál es el legado que queréis dejar y cómo os gustaría trascender. Algún día lo supisteis, el problema es que se os ha olvidado.

Vivimos en una sociedad en la que el sistema educativo nos forma para ser máquinas productivas, desde pequeños se nos forma para tener una profesión, para ganar dinero, para ganarnos la vida. Soñar es optativo.

Vivimos rodeados de personas que buscan nuestra seguridad y nos aconsejan no arriesgar, nos aconsejan encontrar un camino estable, nos aconsejan seguir un camino predeterminado, porque en la mayoría de las ocasiones «funciona». Salirse del camino es arriesgado.

Vivimos en culturas que definen lo que está bien y lo que está mal, nos hacen sentir culpables si no seguimos las reglas establecidas, nos hacen sentir diferentes. Ser distinto está penalizado.

Sin embargo, todos y cada uno de nosotros es distinto a los demás, cada uno tiene una serie de habilidades e intereses diferentes. El problema es que, con el tiempo, la educación, nuestro entorno social y nuestra cultura ocultan nuestro verdadero yo, ocultan nuestra verdadera identidad. Esto hace que terminemos viviendo la vida que se espera de nosotros, pero no la vida que realmente se supone que debíamos vivir cada uno de nosotros. Y, al final, olvidamos quiénes somos realmente; vivimos dormidos.

Para encontrar nuestro propósito tenemos que despertar, tenemos que volver a conectar con nuestro yo interior y tenemos que sentir cuál es el motivo por el que el universo nos ha puesto aquí.

Si le preguntas a un niño qué quiere ser de mayor, no dudará ni un momento en darte una respuesta. Millones de ideas, ilusiones y sueños inundarán su cabeza y, posiblemente, tenga clara una respuesta concreta o te bombardeará con numerosas posibilidades; todas ellas envueltas en un mundo de ilusión.

Los niños saben disfrutar del momento, los niños saben soñar, los niños saben cuál es su propósito (aunque, a veces, no sepan expresarlo). Para encontrar nuestro propósito solo tenemos que desenterrar al niño interior que llevamos dentro, tenemos que eliminar las capas educativas, sociales, culturales. Y tenemos que conectar con él, mirarlo a la cara y preguntarle. Ese niño os recordará quiénes sois de verdad.

Apunta a las estrellas

Si hay algo que diferencia a los humanos del resto de especies animales es nuestra capacidad de desear, nuestra capacidad de soñar, nuestra capacidad de imaginar lo imposible. Hasta que lo conseguimos y es entonces cuando lo imposible se vuelve posible y los locos se vuelven héroes. Como decía Steve Jobs, «las personas que están lo suficientemente locas para pensar que pueden cambiar el mundo son aquellas que lo cambian».

Para poder cambiar el mundo, para poder perseguir un propósito y conseguirlo, tenemos que creérnoslo. Esta es la única manera de hacer nuestros sueños realidad y que el sentido que podamos darle a nuestra vida se convierta en realidad. Al igual que a las personas optimistas, que, en general, obtienen mejores resultados de sus acciones que los pesimistas (quienes, en muchas ocasiones, ni siquiera se dan la oportunidad de intentar algo porque piensan que no lo conseguirán), a las personas y a las organizaciones que están orientadas a propósito les ocurre algo similar. La clave para que las personas alcancen su propósito es despertar, conectar con la identidad para definirlo y vivir una vida con determinación para conseguirlo. Y la clave para que las organizaciones tengan y alcancen su propósito es la cultura, contar con un equipo inspirado y comprometido con él. Hoy en día ya no es una cuestión de recursos, sino de contar con la mentalidad correcta.

Y la mentalidad correcta no solo nos tendría que hacer conectar con nuestro interior para descubrir nuestro propósito, la mentalidad correcta debería hacer que soñemos en grande, que realmente seamos conscientes de nuestro potencial. Porque todos contamos con superpoderes esperando a ser aprovechados, solo tenemos que desbloquearlos y utilizarlos.

El ser humano es una especie que ha conseguido cosas tan increíbles como llegar a la luna, que hace no tantos años era considerada un dios por ciertas culturas. En 1969, Neil Armstrong fue el primer humano en pisar la luna, pronunció aquellas famosas palabras que todos conocemos: «es un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad». Y así era, el equipo responsable de hacer que la misión fuera un éxito, no solo consiguió llevar al primer hombre a la luna, sino que le demostró a la humanidad entera que somos capaces de conseguir cualquier cosa que nos propongamos.

Cuando un astronauta entra en el espacio por primera vez y observa la Tierra por encima de la atmósfera, dicen que siente algo muy poderoso en su interior que se ha denominado «efecto perspectiva». Los astronautas en ese momento sienten que toda la Tierra es una, que los problemas de «allá abajo» no son tan importantes, que tienen que mirar las cosas desde otro ángulo y centrarse en lo realmente importante, en aquellas cosas que impactarán positivamente a la humanidad, y dejar a un lado los problemas cotidianos (o, al menos, que no les afecten y dirijan su vida por completo).

Cuando una persona busca su propósito, sabe que lo ha encontrado cuando detecta la Estrella Polar que guiará su camino, la dirección que le ayudará a tomar las decisiones más importantes de su vida.

Cuando una persona tiene un propósito, se convierte en un astronauta en un viaje interestelar, el efecto perspectiva se apodera de su vida y se centra en las cosas realmente importantes, dejando a un lado problemas cotidianos.

Cuando una persona se centra en su propósito, da lo mejor de sí por el bien colectivo y por impactar positivamente al mundo. Y cualquier pequeño paso que consiga hacia su objetivo, se convierte en un gran paso para la humanidad.

Imagina un mundo en el que todos pudiésemos estar dedicados a nuestro propósito, impactando positivamente al mundo, cada uno con nuestros superpoderes personales, ¿no piensas que sería un mundo mejor?

El camino está claro, ya solo te queda recorrerlo. ¡Despierta, conecta con tu niño interior, vuelve a soñar despierto y alcanza las estrellas!

2. ¿Qué es el Propósito Transformador Masivo (MTP)?

—¡Yo no lo habría dicho mejor! —le dice Ángel María a Francisco el día que vuelven a quedar para comentar el primer capítulo —:Siento que has conectado completamente con lo que me refería al contar la historia que habita en tu interior.

—Es que ya te dije que me resultó poderosamente conectado con el concepto de MTP de las Organizaciones Exponenciales —responde Francisco.

—Sin embargo, todavía me queda la duda de si el concepto de MTP habrá quedado lo suficientemente claro, para alguien que no había oído hablar antes de él… —añade Ángel María.

—Mmmm, quizás tengas razón. Pero, podemos solucionarlo rápidamente. ¿Qué te parece escribir otro capítulo explicando un poco más qué es el MTP?

—Me parece fantástico. Dime cómo definirías tú el MTP —le pide Ángel María.

—Es tu guía, tu Estrella Polar que observas cuando estás perdido, cuando quieres encontrar la dirección en la que deseas moverte — comenta Palao.

—¡Me suena muy bien! —responde Ángel María—: Creo que es un buen concepto para desarrollar. Creo que este capítulo también más introductorio es bueno que lo desarrolles tú y yo me centre más en los de la metodología.

Y después de ese encuentro, quedaron en compartir lo que Francisco Palao redactara en este nuevo capítulo. En esa conversación, surgieron más detalles que trabajaron conjuntamente durante unas semanas, haciendo anotaciones, a través de audios de WhatsApp y creando lo que se convirtió en este capítulo.

Tu Estrella Polar

Tradicionalmente siempre se ha dicho que las personas somos felices con «salud, dinero y amor». La realidad es que esto no es del todo cierto. No pasamos todo el día disfrutando de nuestra salud; tampoco nos dedicamos de manera continua a gastar o invertir nuestro dinero; ni siquiera pasamos todo el tiempo con los seres a los que queremos. Incluso la propia felicidad está sobrevalorada o mal entendida, siendo más importante por ejemplo la paz o el propósito.

Si fallece un familiar cercano y querido, lo normal no es que estés feliz, pero sí puedes estar en paz. Por otro lado, un estudio realizado por el Instituto Max Planck de Investigación Demográfica, en Alemania, y la Universidad Western Ontario, de Canadá, dice que las parejas con hijos son menos felices que las que no los tienen, pero a su vez, tienen mayor sensación de sentido y propósito en sus vidas.

En nuestro día a día, pasamos mucho tiempo realizando distintos tipos de actividades y necesitamos sentir que lo que hacemos nos llena y le da sentido a nuestra vida. De lo contrario, llega un momento en el que nos sentimos vacíos.

Todos nos hemos sentido perdidos en alguna ocasión. Y al igual que los primeros navegantes aprendieron a orientarse y encontrar su camino tomando la Estrella Polar como referencia, todos nosotros podríamos hacer lo mismo si tuviéramos la nuestra, nuestra propia Estrella Polar.

Recordemos que cada uno de nosotros es un trozo de universo y que entre todas las aportaciones que hacemos de manera individual, el mundo en el que vivimos sigue evolucionando. El propósito es la razón de la existencia de cada persona y se manifiesta en la aportación que hace al mundo, al universo.

Cuando una persona conoce y lleva a cabo su propósito, navega la vida de un modo diferente, toma decisiones con más facilidad y, sobre todo, vive una vida más plena.

De hecho, es necesario conocer el propósito si queremos completar los cinco niveles de la pirámide de Maslow. Ser conscientes de nuestro propósito nos ayudará a conocernos mejor, a tener mayor autoestima. Poner en práctica nuestro propósito nos hará sentir realizados.

Por lo tanto, redefinamos la fórmula de la felicidad y digamos que para que una persona sea feliz necesita «salud, dinero, amor y propósito».

El propósito en las personas

A menudo se confunde el propósito con la pasión de las personas, sin embargo, no es lo mismo. Ambos tienen en común que hacen que disfrutemos cuando realizamos una actividad que está relacionada con algo con lo que nos sentimos identificados, algo que nos gusta mucho hacer, que despierta fuertes y profundos sentimientos.

Más adelante hablaremos sobre el verdadero significado de «pasión», basándonos en su origen etimológico, lo que te ayudará a entender la principal diferencia que quiero destacar con el término «propósito», que no es otra que el impacto en el mundo. Es decir, el propósito siempre tiene ese impacto en el mundo que nos rodea, nos trasciende y hace que el efecto positivo no solo se quede en nosotros, sino que vaya más allá de lo que somos, extendiendo nuestro ser. No ocurre así con la pasión, que nos puede hacer disfrutar, pero sin que eso tenga ningún impacto en el mundo. De hecho, cuando una persona define un propósito, no debería pensar solamente en ella, sino en cómo se imagina un mundo mejor en el futuro y qué contribución concreta le gustaría realizar en este.

En muchas ocasiones, el propósito y la pasión (o una de ellas, ya que las personas podemos tener más de una) coinciden parcialmente. Aunque la forma en la que lo expresamos es diferente. Por ejemplo, podríamos decir que «la pasión de Juan es tocar el piano». Sin embargo, cuando expresamos el propósito (que puede incluir parte de su pasión) sería algo así como «el propósito de Juan es ayudar a las personas a conectar con sus sentimientos mediante la música».

 

A la hora de formular nuestro propósito, deberíamos empezar por centrarnos en describir el impacto que queremos tener en el mundo y no tanto en nosotros. Por ejemplo: «ayudar para erradicar la pobreza de la sociedad», «contribuir a que vivamos en un planeta sin contaminación», «contribuir a la seguridad de mi barrio», «hacer compañía a las personas mayores», etc.

Cada persona tiene un propósito que le hace conectarse de un modo muy especial a una parte profunda de su ser y este es el propósito que tenemos que buscar. Lógicamente, identificar ese propósito último en la vida puede tener su complejidad y trabajo interior, pero siempre podemos ir adoptando un MTP que nos sirva durante un tiempo, para luego evolucionarlo hasta conectar con el siguiente (que la mayoría de los casos incluirá al anterior), aunque, en ocasiones, podemos definir un MTP que, en apariencia, sea muy diferente a lo que habíamos descubierto hasta la fecha, y de lo que se trata es de descubrir la esencia común en todos ellos.

En este libro daremos una serie de herramientas y procesos que nos ayudarán a conseguir esa esencia, pero no dejaremos este capítulo, en el que estamos introduciendo el concepto de MTP, sin ofrecer una serie de preguntas iniciales que nos harán comenzar a reflexionar sobre cuál podría ser nuestro propósito en la vida.

En primer lugar, tenemos que conectar con nuestro niño interior y recordar qué queríamos ser de mayores en nuestra infancia. Si lo recordamos, no tenemos que pensar que nuestro propósito es esa profesión que repetíamos o con la que soñábamos sin parar, ya que esto solo nos habla de una actividad concreta, sino que tendríamos que reflexionar qué nos quería decir esto, cuál era el impacto en el mundo que esta actividad podría tener, ya que eso nos ayudará a identificar nuestro verdadero propósito.

En segundo lugar, tenemos que analizarnos en el momento actual y tomar consciencia de cuáles son las actividades que nos hacen perder la noción del tiempo, así como cuáles son aquellas cosas que nos generan mayor curiosidad y de las que podemos leer durante un buen rato sin cansarnos. Seguramente esto nos dé otra buena pista, ya que no solamente estamos pensando en algo que nos apasiona sino en algo a lo que no nos importa regalarle lo más preciado que tenemos: nuestro tiempo.

En tercer lugar, tenemos que imaginar que en el futuro nos toca la lotería y ganamos tanto dinero que nunca podríamos ser capaces de gastarlo. ¿Qué haríamos en ese momento? Lo más normal es que pienses en hacer un viaje, en comprar algo que te gusta, etc. Pero seguramente eso por sí solo no te llenaría, necesitarías algo más que te hiciera sentir lleno y que vives una vida con sentido. ¿A qué dedicarías ese dinero? ¿A crear una fundación para proteger a los animales? ¿A financiar proyectos de personas con bajos recursos? Al unir el pasado, con el presente y el futuro, podemos empezar a vislumbrar cuál es nuestro propósito real.

Y por último, ten en cuenta que, como decíamos, el MTP de una persona puede evolucionar, aunque es necesario que en cada momento de la vida tengamos solo uno, para poder avanzar, y este puede ir cambiando según nosotros también evolucionamos. Por lo tanto, debemos estar abiertos a experimentar con el propósito que en un momento dado podamos definir, y estar dispuestos a evolucionarlo o a cambiarlo hasta que encontremos algo que realmente nos haga conectar a un nivel tan profundo que, cuando lo encontremos, no tendremos dudas de que nuestra vida habrá tenido sentido si somos capaces de contribuir y dejar una huella en aquel lugar del mundo que hemos identificado como nuestro propósito, aunque sea un poco.

El propósito en las organizaciones

Las organizaciones están formadas por personas y, por lo tanto, el propósito de una organización viene determinado por las personas que la conforman. Y normalmente es por sus fundadores ya que, al igual que ocurre en los seres vivos multicelulares, la primera o las primeras células (i.e. el espermatozoide y el óvulo) conforman el ADN inicial que determina cómo será el resto de las células y el organismo por completo del nuevo ser.

Los negocios o entidades de cualquier otro tipo no son más que el instrumento que crean sus fundadores para contribuir a su propósito. Todas las organizaciones nacen con un propósito, ya sea este expresado de manera explícita o no. Sin embargo, no todas las organizaciones describen de forma explícita su propósito, a pesar de que posiblemente definir un propósito inspirador es una de las herramientas más potentes que cualquier negocio o institución puede tener.

De hecho, como comentábamos antes, existe un nuevo modelo de organización que está empezando a dominar las distintas industrias, llamada la Organización Exponencial (ExO), que se caracteriza por conectar con la abundancia y gestionarla de tal modo que podría tener directa o indirectamente un impacto exponencial.

Las Organizaciones Exponenciales hacen uso de distintos atributos y el más importante de todos es precisamente el Propósito Transformador Masivo (MTP). Entre otras cosas, el MTP ayuda a las organizaciones a inspirar y a movilizar comunidades para la realización de su propósito, lo cual es una gran ayuda para su propia actividad. Por ejemplo, el propósito de TED es «difundir ideas que merezcan la pena» y la comunidad de voluntarios global de TED dedica su tiempo con gran ilusión a esta tarea, organizando y realizando eventos de gran impacto por todo el mundo.

Sin embargo, al igual que ocurre con las personas, definir el MTP de una organización no siempre es sencillo. Lo que sí es seguro es que a la hora de hacerlo, la mejor forma es indagando en el propio propósito de los fundadores originales de la organización o, en caso de ya no existir, en el equipo directivo actual. En cualquier caso, dado que el MTP es el atributo clave de la nueva generación de organizaciones, es fundamental dedicar el tiempo necesario a definirlo, porque esto le permitirá a la organización estar en otro nivel competitivo e inspirar a la comunidad de clientes, usuarios y colaboradores que la rodean.

Al definir el Propósito Transformador Masivo de una organización, debemos cumplir con los siguientes requisitos:

1. Describir el mundo: debe centrarse en explicar el impacto que la organización pretende tener en el mundo y no en qué quiere convertirse la organización en el futuro (esto es la visión) o en cómo pretende conseguir sus objetivos (esta es la misión).

2. Conectar con la abundancia: como explicamos en el primer capítulo, vivimos en un mundo de abundancia y normalmente el reto está en conectar con ella y distribuirla adecuadamente. Todos los propósitos positivos, por definición, conectan con esta abundancia de un modo u otro e impactan positivamente al mundo gracias a ella.

3. Inspirar: además de tener buen fondo, el propósito también debe tener buena forma. Es muy importante que el propósito transformador masivo sea conciso y que esté expresado de un modo que anime a las comunidades vinculadas al MTP a unirse a nuestro propósito, y a dedicar su tiempo y energía a nuestro propósito.