Argumentación y pragma-dialéctica

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1.3 Cuatro principios meta-teóricos

En la ejecución del programa pragma-dialéctico de investigación, nos acercamos a la argumentación con cuatro premisas meta-teóricas. Esas premisas básicas son metodológicas por cuanto se preocupan por cómo debemos enfrentar el estudio de la argumentación. Ellas constituyen una base para integrar la dimensión descritiva del estudio de la argumentación con su dimensión normativa.7

En primer lugar la funcionalización. A la argumentación se la suele estudiar como una estructura de derivaciones lógicas, actitudes psicológicas o creencias epistémicas más que como un complejo de actos verbales (y no verbales) que tienen una función comunicativa específica en un contexto de desacuerdo. Como resultado, a la argumentación se la describe a menudo en términos puramente estructurales, no solamente en los enfoques lógicos formales o informales, sino también en los estudios sobre falacias y argumentación práctica. Tales descripciones estructurales tienden a ignorar el fundamento racional del diseño discursivo. La función general de la argumentación es gestionar el desacuerdo. Surge ella en respuesta o anticipación a una diferencia de opinión, y las líneas de justificación que se eligen en el discurso argumentativo son inventadas con el fin de resolver la diferencia. El estudio de la argumentación debería por ello concentrarse en esa función de gestión verbal del desacuerdo que tiene ella.

En segundo lugar la socialización. Especialmente en los enfoques que se concentran en el razonamiento, la argumentación se suele ver como la expresión de procesos individuales de pensamiento. La pregunta central se vuelve entonces la de si, y cómo, los elementos que constituyen el razonamiento están atados de tal manera que validen la posición del argumentador. Pero la argumentación no consiste en un individuo solitario que extrae una conclusión, ni es algo que se propone en un vacío social. Es parte del proceso de comunicación por el cual dos o más individuos que tienen una diferencia de opinión llegan a un acuerdo. La argumentación presupone dos roles distinguibles, el de quien protagoniza un punto de vista y el de su antagonista —real o proyectado. La argumentación refleja el modo colaborativo en el que el protagonista dentro de una interacción fundamentalmente dialógica responde a las preguntas, dudas, objeciones y contrapropuestas del antagonista. Esta es la razón por la cual la argumentación debe plantearse en el contexto social de un proceso de resolución conjunta de problemas.

En tercer lugar la externalización. Para averiguar si las opiniones deben o no aceptarse, las personas someten a certificación sus puntos de vista por medio de la argumentación, someten su razonamiento al escrutinio público. Canalizado por un sistema de compromiso y responsabilidad públicos, las creencias, inferencias e interpretaciones que subyacen a la argumentación se expresan o proyectan en el discurso. Si bien los motivos que las personas tienen para sostener una posición podrían ser diferentes de las razones que ofrecen y aceptan en su defensa, aquello con lo que podemos considerarlos comprometidos es la posición que ellos mismos han expresado en el discurso, sea directa o indirectamente.8 Por esa razón, todos los esfuerzos por reducir la argumentación a una estructura de actitudes y creencias o a una cadena de razonamiento son inadecuados. Antes que especular sobre las disposiciones psicológicas de las personas involucradas en la argumentación, el estudio de la argumentación debe concentrarse (a) en los compromisos de esas personas en cuanto externalizados en o externalizables a partir de la forma en que se han expresado ellas mismos en un cierto contexto, y (b) en las consecuencias que esos compromisos tienen para el proceso de la argumentación.9

En cuarto lugar la dialectificación. El argumentar es algo apropiado para resolver una diferencia de opinión solamente si es capaz de acoger las reacciones críticas relevantes del antagonista. Los analistas del discurso y de la conversación se restringen a describir el argumentar tal como este ocurre sin mirar cómo debería ocurrir si es que ha de ser apropiado para resolver una diferencia de opinión. Pero una teoría de la argumentación debería estar atenta a los estándares críticos que permiten evaluar una discusión dirigida a resolver una diferencia de opinión. Esto puede lograrse si vemos el argumentar como sujeto a un procedimiento dialéctico para resolver diferencias de opinión que sea válido tanto relativamente al problema que se busca resolver como intersubjetivamente.10 Decimos de un procedimiento para conducir discusiones críticas que es válido relativamente al problema que se busca resolver en la medida en que sea eficiente y eficaz en promover la resolución de una diferencia de opinión y excluir jugadas falaces; y decimos que es inter-subjetivamente válido en la medida en que sea aceptable a las partes involucradas en la discusión.11 A fin pues de trascender una postura meramente descriptiva, el discurso argumentativo debe verse desde la perspectiva de un procedimiento dialéctico para discusiones críticas que sea válido en ambos sentidos.12

1.4 Organización del resto de este capítulo

Habiendo esbozado en la sección 1 el marco intelectual en el que se ha desarrollado la teoría pragma-dialéctica, me concentraré en la sección 2 en exponer esa teoría. Más particularmente, en la subsección 2.1 explicaré cómo es que los puntos de vista meta-teóricos recién delineados se “realizan” en el modelo pragma-dialéctico de una discusión crítica. Tras describir las etapas que pueden distinguirse analíticamente en el proceso de resolver una diferencia de opinión, procederé a caracterizar los tipos de acto verbal que son directamente relevantes en cada una de las etapas. En la subsección 2.2 me concentraré en el análisis del discurso argumentativo y las operaciones implicadas en la reconstrucción de todos aquellos elementos en el discurso que son relevantes para producir una sinopsis analítica que constituya un punto de partida sólido para una evaluación responsable. En la subsección 2.3 resumiré las reglas de procedimiento que constituyen el código de conducta que debe observarse en una discusión crítica. Partiendo de semejante código discutiré entonces las falacias que pueden ocurrir. En la subsección 2.4 mostraré que, si incorporamos ciertos conocimientos retóricos dentro de la teoría pragma-dialéctica, eso no solamente enriquece la reconstrucción del discurso argumentativo y fortalece su justificación, sino que también promueve la detección de falacias. En la subsección 2.5, finalmente, sintetizaré algunos resultados de proyectos de investigación empíricos que surgen de la teoría pragma-dialéctica.

2. El estado del arte en la pragma-dialéctica
2.1 Un modelo de discusión crítica

La externalización, socialización, funcionalización y dialectificación del argumentar se realizan en la pragma-dialéctica combinando sistemáticamente conocimientos pragmáticos y dialécticos. La funcionalización se consigue haciendo uso del hecho de que el discurso argumentativo se da a través de —y en respuesta a— ejecuciones de actos verbales. Si identificamos el acto verbal complejo de argumentar así como los otros actos verbales implicados en la resolución de diferencias de opinión, entonces podremos especificar de manera relevante las “condiciones de identidad” y las “condiciones de corrección” de tales actos verbales.13 Así por ejemplo, podemos especificar lo que “está en juego” al proponer un cierto “punto de vista”, con lo cual se vuelve claro cuál es el “espacio de desacuerdo” y cómo se organiza el discurso argumentativo en torno a este contexto de desacuerdo.14 La socialización se consigue identificando quién exactamente asume en la discusión los roles de protagonista y antagonista en el contexto colaborativo del discurso argumentativo. Si extendemos la perspectiva de actos verbales al nivel de la interacción, entonces podemos mostrar de qué maneras se desarrollan las posiciones y la argumentación en apoyo de ellas. La externalización se consigue identificando los compromisos específicos creados por los actos verbales que se ejecutan en un contexto de interacción argumentativa.15 En lugar de tratarlos como estados mentales internos, en una perspectiva de actos verbales tenemos que nociones tales como “desacuerdo” y “aceptación” pueden definirse en términos de actividades discursivas. Así por ejemplo, la “aceptación” puede externalizarse como el acto de responder de forma explícitamente positiva al acto verbal precedente con el que se inició una argumentación. Finalmente, la dialectificación se consigue regimentando el intercambio de actos verbales dirigidos a la resolución de diferencias de opinión en un modelo de discusión crítica perfecta. Tal modelización idealizada de los intercambios sistemáticos de jugadas verbales orientadas a la resolución es lo que define la naturaleza y distribución de los actos verbales que juegan un papel en resolver diferencias de opinión.

El modelo pragma-dialéctico de discusión crítica es un sistema teóricamente motivado para discursos orientados a resolución. Aunque el modelo es una abstracción, no pretende estar al servicio de un ideal utópico sino proporcionar a las personas que deseen resolver diferencias mediante discurso argumentativo una guía vital acerca de cómo conducirse.16 El modelo debe construirse de tal manera que sirva no solamente como paradigma para la reflexión sistemática sobre la propia participación oral y escrita en el discurso argumentativo, sino también, y todavía más, como punto de referencia en el análisis y la evaluación del discurso argumentativo. Además, puede ser un estándar para guiar el mejoramiento metódico de la práctica argumentativa.

 

Cuando desarrollamos un modelo de discusión crítica, debemos en primer lugar hacernos cargo de que resolver una diferencia de opinión no es lo mismo que zanjar una disputa: el punto de zanjar una disputa es simplemente que la diferencia de opinión se termina.17 En cambio una diferencia de opinión se resuelve solamente si las partes involucradas han llegado a un acuerdo sobre si la opinión disputada es o no es aceptable. Esto significa que o bien una de las partes ha sido convencida por la argumentación de la otra parte o bien esta advierte que sus argumentos no se sostienen ante las críticas de aquella y entonces retracta su punto de vista.18 Esta es la razón por la cual un procedimiento dialéctico diseñado para la resolución metódica de diferencias de opinión es una parte crucial del modelo pragma-dialéctico de discusión crítica.

En una discusión crítica las partes intentan alcanzar el consenso sobre la aceptabilidad de los puntos de vista en cuestión averiguando si esos puntos de vista son o no defendibles ante la duda o la crítica. El procedimiento dialéctico para conducir una discusión crítica es en primer lugar un método para explorar la aceptabilidad de puntos de vista. En una discusión crítica el protagonista y el antagonista de un punto de vista particular tratan de establecer si ese punto de vista, dado el punto de partida reconocido por las partes, es sostenible a la luz de reacciones críticas.19 Para conseguir este propósito, el procedimiento dialéctico para la conducción de discusiones críticas no debe solamente ocuparse de relaciones inferenciales entre premisas y conclusiones (o “concesiones” y “puntos de vista”), sino que debe cubrir todos los actos verbales que juegan un papel en el examen de aceptabilidad de los puntos de vista. En la pragma-dialéctica al concepto de discusión crítica se le da por ello forma en un modelo que especifica todas las varias etapas por las que el proceso de resolución debe pasar y todos los tipos de acto verbal que son instrumentales en cada una de las etapas.

(a) Etapas en la resolución de una diferencia de opinión

Las etapas que hay que distinguir analíticamente en el proceso de resolver una diferencia de opinión corresponden a las diferentes fases por las que debe pasar un discurso argumentativo, si bien no todas de forma necesariamente explícita, a fin de resolver una diferencia de opinión. Idealmente, la discusión comienza con una etapa de confrontación en la que se manifiesta una diferencia de opinión mediante una oposición entre un punto de vista y la no aceptación de este punto de vista. En el discurso argumentativo real esta etapa corresponde a aquellas partes del discurso en las que se vuelve claro que hay una opinión que coincide con una duda o contradicción —real o proyectada— de forma tal que surge un desacuerdo (potencial). Si no hay confrontación de puntos de vista, entonces no hay necesidad de discusión crítica.

En la etapa de apertura de una discusión crítica, se identifican los compromisos iniciales —procedimentales, substantivos, o de otro tipo— de los participantes en la disputa y se decide quién actuará como protagonista o antagonista. Un protagonista asume la obligación de defender el punto de vista en cuestión mientras que un antagonista asume la obligación de responder críticamente a este punto de vista y a la defensa del mismo que presente el antagonista.20 Esta etapa se manifiesta en aquellos trozos del discurso en las que las partes se expresan como partes de una disputa y exploran si existe una base compartida suficiente para la discusión. Si no hay tal apertura para un intercambio de puntos de vista, no tiene sentido tener una discusión crítica.

En la etapa de argumentación el protagonista de un punto de vista defiende ese punto de vista contra las respuestas críticas del antagonista. Si el antagonista no está todavía plenamente convencido de todo o parte de la argumentación del protagonista, entonces solicita nueva argumentación de parte del protagonista, y así sucesivamente. Como consecuencia, la argumentación del protagonista puede variar de muy simple a extremadamente compleja, con lo cual la “estructura argumental” de un determinado discurso argumentativo puede llegar a ser mucho más complicado que el de otro.21 La etapa de argumentación discurre entre aquellos trozos del discurso en los que una de las partes de la discusión ofrece argumentos para superar las dudas de la otra parte mientras que esta otra parte reacciona a tales argumentos. Si no hay argumentación y no hay apreciación crítica de argumentos, entonces no hay tampoco discusión crítica y la diferencia de opinión quedará sin resolver.

En la etapa de conclusión el protagonista de un punto de vista y su antagonista determinan si el punto de vista del protagonista ha sido defendido con éxito frente a las reacciones críticas del antagonista. Si el punto de vista del protagonista tiene que ser retractado, entonces la disputa se ha resuelto a favor del protagonista; si las dudas del antagonista tienen que ser retractadas, entonces se ha resuelto a favor del protagonista. Si las partes de la disputa no sacan ninguna conclusión relativa a sus intentos de resolver la diferencia de opinión, entonces no se ha logrado el éxito en completar la discusión. Ahora bien, el que se haya logrado el éxito en completar una discusión no impide que las partes se embarquen en una nueva discusión. Esta nueva discusión puede relacionarse con una diferencia de opinión completamente diferente o puede también referirse a una versión modificada de la misma diferencia. A su vez los papeles de los participantes en la discusión pueden cambiar o permanecer iguales. De cualquier manera, la nueva discusión que inicia entonces debe de nuevo pasar a través de las mismas etapas —desde la confrontación hasta la conclusión.

(b) Distribución de los actos verbales en una discusión crítica

¿Qué actos verbales pueden durante las varias etapas de una discusión crítica contribuir a la resolución de una diferencia de opinión? Para responder a esta pregunta, es útil distinguir entre cinco tipos básicos de acto verbal que pueden llevarse a cabo en el discurso argumentativo.22 Al indicar los papeles que varios tipos de acto verbal pueden cumplir en la resolución de una diferencia de opinión es importante enfatizar desde el principio que en el discurso argumentativo muchos actos verbales se llevan a cabo implícta o indirectamente, de manera que un mismo papel puede, en una discusión crítica, ser cumplido por diferentes actos verbales. Volveré sobre este punto más adelante en la subsección 2.2 al tratar del análisis como reconstrucción.

Un primer tipo de acto verbal consiste en los asertivos. El prototipo de acto asertivo es una aseveración por la cual el hablante o escritor garantiza la verdad de la proposición que está expresando: “Yo afirmo que Chamberlain y Roosevelt nunca se conocieron en persona.” Con todo, los asertivos no solamente se refieren a la verdad de las proposiciones sino también a la aceptabilidad en un sentido más amplio (“Baudelaire es el mejor poeta francés”). Así pues, también negar y conceder son asertivos. En una discusión crítica los asertivos pueden expresar el punto de vista en cuestión, pueden ser parte de la argumentación con la que se defiende un punto de vista, y pueden establecer la conclusión (“Mantengo mi punto de vista”). El grado de compromiso con una proposición expresada asertivamente puede variar de muy fuerte, como en el caso de una aseveración, a bastante débil, como en el caso de un supuesto.

Un segundo tipo de acto verbal consiste en los directivos. El prototipo de acto directivo es una orden, lo cual requiere que el hablante o escritor detente un rango especial frente al escucha o lector: “Ven a mi oficina” puede ser una orden solamente si el que habla está en una posición de autoridad, de otra manera es una solicitud o una invitación. Las preguntas son formas especiales de solicitud: son solicitudes de otro acto verbal, a saber una respuesta. Otros ejemplos de directivos son prohibir, recomendar, impugnar [challenging]. No todos los directivos pueden jugar un papel en discusiones críticas: el papel que juegan los directivos en una discusión crítica consiste o bien en impugnar a quien ha propuesto un punto de vista para que lo defienda o bien en solicitar que se argumente a favor de un punto de vista o que se den nuevos argumentos para apoyar otros que se hayan presentado anteriormente. La discusión crítica no admite ni órdenes ni prohibiciones unilaterales.

Un tercer tipo de acto verbal consiste en los compromisivos. Estos son actos verbales mediante los cuales el hablante o escritor asume frente al escucha o lector el compromiso de hacer algo o dejar de hacer algo. El prototipo de acto compromisivo es la promesa: “Te prometo que no le diré a tu padre”. El hablante o escritor puede también asumir compromisos que entusiasmen menos al escucha o lector: “Te garantizo que si te vas en este momento no volverás a poner un pie en esta casa”. Otros compromisivos son aceptar, rechazar, asumir [undertaking], acordar [agreeing]. En una discusión crítica los compromisivos cumplen una serie de papeles: aceptar (o no) un punto de vista, aceptar (o no) una argumentación, aceptar el reto [challenge] de defender un punto de vista, decidir comenzar una discusión, acordar quién asume el papel de protagonista o antagonista, acordar las reglas de discusión, decidir comenzar una nueva discusión. Algunos de los actos compromisivos que se requieren, como acordar las reglas, sólo pueden llevarse a cabo en cooperación con la otra parte de la disputa.

Un cuarto tipo de acto verbal consiste de los expresivos. Por medio de tales actos verbales el hablante o escritor expresa sus sentimientos acerca de algo: agradece, muestra estar decepcionado, etc. No hay un acto expresivo que por sí solo sea prototípico. La alegría se expresa diciendo cosas como “Me da gusto verte repuesto”; la esperanza con cosas como “Me gustaría encontrar una novia igual de linda”. Otros expresivos son: compadecerse, lamentar, saludar. En una discusión crítica los expresivos no juegan como tales ningún papel constitutivo.23

Un quinto tipo de acto verbal consiste de los declarativos. La ejecución de estos actos verbales crea una realidad: las palabras hacen que surja o se materialice un nuevo estado de cosas. Si un jefe le dirige a su empleado las palabras “Estás despedido”, no está simplemente describiendo un estado de cosas, sino que las palabras crean el estado de cosas. Los declarativos suelen ir de la mano con un contexto institucionalizado en el que ciertas personas tienen la facultad de llevar a cabo ciertos declarativos: “Doy por inaugurada la reunión” funciona solamente si uno tiene el cargo de coordinador de la reunión.24

Los declarativos de uso, que regulan el uso lingüístico, son un subtipo especial de los declarativos.25 Su propósito principal es facilitar o aumentar la comprensión al indicar cómo deben interpretarse actos verbales que podrían ser obscuros. Ejemplos de declarativos de uso son definir, explicar, abundar. Solamente los declarativos de uso que potencian la comprensión de actos verbales juegan un papel en una discusión crítica. Puede ocurrir (y se pueden solicitar) en cualquier etapa de la discusión. Por ejemplo, en la etapa de confrontación pueden revelar que la disputa es espuria; en la etapa de apertura pueden remover la incertidumbre en lo que concierne a las reglas de discusión que se habrían de seguir.

A continuación doy una lista de los actos verbales que juegan un papel directo en una discusión crítica [nótese que en todas las etapas se ponen entre paréntesis los actos verbales directivos que solicitan un declarativo de uso y los actos verbales declarativos de uso; no son necesarios para ninguna etapa, pero pueden en principio aparecer en cualquiera]:


Cuadro 1. Distribución de los actos verbales en una discusión crítica
ICONFRONTACIÓN
ASERTIVOExpresar un punto de vista
COMPROMISIVOSAceptar o no aceptar un punto de vista, mantener la no aceptación de un punto de vista
(DIRECTIVO)(Solicitar un declarativo de uso)
(DECLARATIVOS DE USO)(Definir, especificar, abundar, etc.)
IIAPERTURA
DIRECTIVOImpugnar, es decir retar a que se defienda un punto de vista
COMPROMISIVOSAceptar el reto de defender un punto de vistaAcordar las premisas y reglas de discusiónDecidir iniciar una discusión
(DIRECTIVO)(Solicitar un declarativo de uso)
(DECLARATIVOS DE USO)(Definir, especificar, abundar, etc.)
IIIARGUMENTACIÓN
DIRECTIVOSolicitar argumentos
ASERTIVOProponer argumentos
COMPROMISIVOSAceptar o no aceptar argumentos
(DIRECTIVO)(Solicitar un declarativo de uso)
(DECLARATIVOS DE USO)(Definir, especificar, abundar, etc.)
IVCONCLUSIÓN
COMPROMISIVOSAceptar o no aceptar un punto de vista
ASERTIVOSMantener un punto de vista o retractarse de élEstablecer el resultado de la discusión
(DIRECTIVO)(Solicitar un declarativo de uso)
(DECLARATIVOS DE USO)(Definir, especificar, abundar, etc.)