La historia de Luciano

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La historia de Luciano
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Luciano

La Busqueda del Camino al HABLA - TGD Autismo

ALMA AVEDIS


Editorial Autores de Argentina

Alma Avedis

Luciano, la búsqueda del camino al habla - TGD autismo / Alma Avedis. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

ISBN 978-987-87-0702-0

1. Ensayo Sociológico. I. Título.

CDD 305.908

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail: info@autoresdeargentina.com

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina


LA BÚSQUEDA DEL CAMINO AL HABLA. AUTISMO Y TGD. LA HISTORIA DE LUCIANO

VÍNCULO materno Y LA MAGIA DEL AMOR.

PADRES PRESENTES. AUTOVALIMIENTO.

NUESTRO CAMINO ESPIRITUAL

ALMA AVEDIS

MIRADA DE UNA MADRE QUE RELATA LA ANSIADA BÚSQUEDA DE LENGUAJE EN SU HIJO

Testimonial de historia de vida y superación.

Logros en la comunicación atravesando las etapas en el autismo.

AUTISMO específicamente TGD. Trastorno global del desarrollo, No especificado.


Prólogo

Soy Gabriela, mamá de Luciano, en este libro narro su vida hasta hoy con sus 12 años, y mi relato va desde su nacimiento por todo el camino que atravesamos con Pablo, mi esposo y papá de Luciano, para que conecte con este mundo, y logre la intención comunicativa no verbal en primera fase, comunicación verbal en otra, y que despierte el lenguaje. El habla, algo que parece tan simple y es tan compleja y esencial, para vivir en sociedad.

Algunas mamás que me leen sabrán que se torna muy difícil con aquellos niños a los que no les nace imitar, copiar, o señalar, así como el seguir la mirada del adulto en consignas, responder a su nombre, tan simple y vital en el diagnóstico del autismo, es una de las consignas más importantes para testear grado y fase. Si ellos no prestan atención, y sus intereses son restringidos, está alterada la función de las neuronas espejo, y por ello, no imitan ni aprenden de forma automática. Su falta de interés, y empatía cognitiva, hace que no se les presenten situaciones de interacción, ni de emoción, salvo con sus padres, o con mamá, que es con quien en general conectan por la simbiosis desde el cordón, y respectiva falta de individualidad. Sus respuestas son balbuceos, aleteos continuos o llanto por conseguir lo que desean, en vez de señalamientos directos hacia el objetivo, que intentan tomar por sí solos.

El autismo te embarca hacia un viaje a lo inesperado, desde sus primeros años de edad.

Siendo una profesional del marketing fue una dura enseñanza personal, cuando mis dotes eran el habla y la comunicación, el lograr comprender que, en algunas personas, la comunicación y la empatía no vienen de forma genuina y las opciones que se presentan en la infancia para su enseñanza a veces no alcanzan para motivarlo y despertarlo de su mundo interno. Toda una enseñanza familiar.

Por ello, narro esta historia de vida, como superación, resiliencia, porque siempre habrá una y otra forma de seguir en la búsqueda del objetivo propuesto, cuando este no se abandona, cuando se aferra uno a él, dejando Todo y absolutamente TODO de lado, por solo ese fin, ese ansiado objetivo tan soñado, “el habla de un hijo”. Que te diga algún día “mamá”, en forma clara: “Mamá, te quiero”, “Mamá, te amo”. “Mamá, estoy contento”. “Mamá, quiero tomar... el helado”. Y verlo feliz, porque es comprendido, esa felicidad derriba cualquier barrera que tú puedas atravesar.

Mi propósito es que LUCIANO algún día con su condición me pueda leer y conozca el porqué de todo este viaje que emprendimos los tres, sin recreos, a veces un tanto diferente a lo que teníamos previsto vivir para su niñez e infancia, pero, sin duda, el mejor regalo para su futuro.

Soy seguidora de muchas fundaciones de autismo, una de las que más me conmueve en sus frases y pensamientos en el día a día es Madres Azules. Cito algunas frases interesantes para poder reflexionar, me inspira muchísimo:

LA RESILIENCIA cedido por Madres AZULES.

“Es la capacidad que tenemos los seres humanos para superar situaciones adversas, y transformar las dificultades en oportunidades. Para desarrollarla, no es nada sencillo. Porque implica no perder JAMÁS la fe en nosotros mismos, implica ser constante, ser paciente, y aprender a sacudirnos las rodillas, después de una caída y levantarnos, sabiendo que ese momento nos hizo más fuertes, más resistentes, pero sobre todo más HUMANOS”.

Mi recomendación, no abandonemos nuestra fe interna, donde Dios está dentro de uno, y muchas personas que se cruzaron en esta etapa fueron de vital importancia para oficiarme de guías, y maestros, y así llegar a los logros que cito en este libro.

Solo al abrirnos nos dejamos ayudar y guiar.

Cito agradecimientos a aquellos que, en este largo camino, fueron parte de esta gran victoria. Nada es milagro sin trabajo, aún falta mucho por avanzar, pero dimos un GRAN PRIMER PASO.

“Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.

Enseñarás a soñar, pero no soñarán tus sueños.

Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.

Sin embargo... en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño,

perdurará siempre la huella del camino enseñado”. Madre Teresa de Calcuta.

“No somos inmortales, el Momento es AHORA” Alma Avedis.

Índice

Prólogo

Introducción: Almas gemelas y su encuentro

Embarazo e intuición

Primera etapa de padres. Primer y segundo año

Mi trayectoria simultánea

El habla y la comunicación no surgían

Tiempos de felicidad y de tristezas

Autismo, origen y características

Comienza una vida diferente. La carrera de inclusión preescolar

Alertas, sobresaltos constantes

La medalla permanente

Cambio de atención de clínica a atención domiciliaria

Inclusión educativa preescolar

La aceptación

Mamá mochila, mamá 24 horas, mamá desesperada

Comenzó el peregrinaje de médicos: clínicas o centros desde sus 5 hasta sus 7 años más intensos.

Profesionales del ramo que deberían tener más empatía

El don del habla

La música, la conexión con el corazón, la fe y vislumbrar nuevos caminos

Abuelos presentes, abuelos amigos

Mamá multifacética. Mi camino interno en terapias alternativas

Mi madre, ROSA mi mejor amiga

Sangre armenia

La imagen del bisabuelo Agob en la luna

Quién dijo que los niños con autismo no tienen emociones o no las entienden...

El mar. Conexión con el agua y el mar

 

Habilidades encontradas

Luciano y su conexión con los caballos

Equinoterapia

Una noche mágica para la metafísica

Cumplía 7 años

Personas tóxicas, en la esfera de la discapacidad

Reiki. Sanación en mí

Hacia la inclusión pre escolar

Alfombra roja para la discapacidad

4 Abuelos. 4 Mosqueteros

Rumbo a sus 8 años

Otra noche mágica y la luna siempre presente jugando con la luna “es un chiste”

Este tiempo es para ellos. Hacia los 9 años

La catedral. Y la promesa de mi madre se cumple

Clínicas peregrinaje y mirada internacional de los 7 a los 10 años

Nueva etapa Nueva década

Logros del despertar del habla con Maximiliano Bouzada

Metodología de la terapia de trabajo conductual

Luciano a sus 9 años verbalizado

Descubrir un mundo nuevo. La comunicación

La magia del amor. El intercambio y la intención comunicativa

Terapia ocupacional

Primeras palabras. Primeras emociones.

Segunda etapa de educación especial

Alimentación

Opción de alimentación saludable

Descansar a la noche

Vacaciones sin rutinas

Sumar pequeños y grandes logros

Agenda y rutina habitual hacia sus 10 años

Habilidades sociales y deportivas

Nuevos tratamientos y terapias para evaluar paso a paso

Primeras frases en su expresión verbal

Nunca es tarde para empezar el cambio

El presente es ahora. Cambio en su vida. Respirar

La Resiliencia

La iluminación

Autismo mundo interior profundo, genialidad

Capítulo de Astrología

Reporte infantil luciano

Hacia la pre adolescencia

Agradecimientos especiales.

Introducción: Almas gemelas y su encuentro

Cuando conocí a Pablo supe que era la persona con la cual quería seguir el resto de mi vida, conocí a un compañero apasionado, muy divertido y contenedor, a quien podía decirle ampliamente: “Te amaré por siempre”.

Como el pasacalle caminero de ruta que le mandé a hacer, con esa misma frase cuando decidimos irnos a vivir juntos, iba a ser un camino de ruta juntos, con caminos rectos, curvos y todo tipo de vueltas.

Ambos con experiencias de convivencias vividas, pero sin hijos, noviamos un año para luego, con palabras de él, “vamos a hacer las cosas bien”, casarnos y formar una familia... Así todo empezó un 30 de junio, fiesta familiar, ambas familias compatibilizaron al instante, y regia luna de miel a París, invitados por mi prima Victoria y Pim, donde por nuestros cálculos, el embarazo vino rápidamente, lo cual nos sorprendió, más rápido de lo planeado.


“Este bebé nos eligió como padres”

Embarazo ideal porque desde el primer momento sentí que debía dejar todo por él, siendo primeriza, dedicarme a este varón, y habiendo transitado por varias etapas profesionales de trabajo de tiempo completo, y extrema presión, tomé la iniciativa de una renuncia en un momento clave.

Un domingo 3 de noviembre, comienzo este libro y recorro por todo lo que fue el paso a paso de cada etapa vivida, hoy con más calma y satisfecha por lo transitado, comienzo por momentos únicos que todos tenemos, donde la intuición y la corazonada siempre me guiaron de la mejor manera y hoy lo compruebo así.


Embarazo e intuición

Fueron 9 meses de gestación, siempre sentí internamente una gran paz interior, que estaba haciendo las cosas bien, él era la prioridad. Luciano me decía en mi interior, que debía dejarlo todo por él, eso era mi profesión y carrera en una aerolínea, más de doce años de trayectoria en marketing y comunicación, y algo me decía que ya había cumplido un ciclo. Doce años de mantener un cargo sin colores políticos, etapa importante en mi vida, como lo que narraré en este libro, los siguientes doce años de vida desde el nacimiento de Luciano.

El embarazo era el momento ideal para unas buenas vacaciones laborales, que no las había tenido por muchos años. Año sabático en la mira, y por qué no, si era mi primer embarazo, debía disfrutarlo tranquila, cuidarlo más que nada en este mundo, y dedicarme al varón, esperado con tanto amor.

Mi esposo, siempre muy contemplativo al crecimiento de la panza, fotos, poemas, flores, pensando en cada detalle; todos cuidaban de mi embarazo, como si fuera una copa de cristal, así me sentía, siempre cuidada y contemplada, hasta el más mínimo detalle.

Se van perdiendo las curvas, el cuerpo cambia, pero lo más intenso era el amor con el cual aguardábamos al bebé, al cual, antes de llegar a término, llamaríamos Luciano Amadeo, ser de luz buscado con amor.

Todo tipo de ecografías y estudios normales, esperando al mes de abril, solo restaba esperar la semana 39, donde el parto venía normal. Sin embargo, al internarme el bebé venía de mentón y no quería bajar, escuchaba palabras de desesperación de médicos que decían “sube como un jabón”, no quería salir, y luego de agotadoras 10 horas de internación y trabajo de parto, me practicaron cesárea de apuro. Había pedido la epidural que, supuestamente, me dejó sin fuerzas por haberlo intentado todo, pero hubo temores de no escucharle los latidos del corazón, y practicaron cesárea. Nacimiento normal, lo poco que recuerdo fue un temblor continuo y la tranquilidad de que al nacer me lo acercaron a mi mejilla, con todas las señales normales de llanto. Peso normal average 10, el resultado fue excelente, Pablo, el papá, estuvo en la sala de operaciones, y quedó impactado al presenciarlo todo.

Solo mi cuerpo abarrotado y mi sentir colapsado, permanecí casi por dos horas temblando en otra sala para que lograran estabilizarme y llevarme a la habitación, donde me esperaban mi marido y familiares felices de la llegada de Luciano, y se inundó de alegría el lugar.

Me queda esta reflexión, por qué no dan a cada mamá el deseo de traer a su hijo al mundo como más quiera, NUNCA fui “fan” del parto natural, más si el parto viene complicado como el mío, sumado a una epidural que no me dejaba pujar, en esas últimas e interminables horas de trabajo de parto, buen final por la llegada normal por cesárea, pero muchísimo sufrimiento.

Primera etapa de padres. Primer y segundo año

Pareja unida y experimentando cada situación como padres, los baños los hacíamos juntos.

Sus primeros meses demostraban mucha ansiedad, lograba descansar a la noche, pero inexpertos como papis, puesto que era el primer hijo, nos abrazamos a la esperanza de que estábamos haciendo bien las cosas, no teníamos una guía pedagógica firme para medir mejor esa etapa temprana, quizás faltó una neonatóloga con mayor expertise al nivel de diagnosticar alarmas de autismo en su primer año de desarrollo, lo visualizo ahora, después de 12 años, para minimizar e ir contrarrestándolas como bebé, si bien teníamos pediatra de cabecera y rigurosos controles, mes a mes.

La llegada de Luciano nos hizo olvidar algunos aspectos que teníamos que haber seguido indagando después del parto, pero no hubo ninguna alarma neonatal, de si le afectó o no que tragó sangre o líquido después de la cesárea, y los primeros dos días después de la cesárea donde tantos mitos de que en el carné médico pediátrico lo ponen todo, eso solo fue declarado en la historia clínica. Pues lo leí, a sus dos años, luego de su diagnóstico, aunque en la actualidad, habiendo consultado neuro pediatras y psiquiatras, me afirman que el autismo no proviene de problemáticas del parto, cuando nace sano y el bebé es normal, justamente el estudio que delata problemas de parto o congénitos es la resonancia, la cual para Luciano es normal, sin patologías, y como tampoco se marcó sufrimiento fetal, me negaron sobre ese temor. Pero siempre queda algo latente, de si hay o hubo mala praxis hasta dónde afecta o no.

Permanecíamos observando cada uno de sus cambios, filmábamos y fotografiamos al bebé día a día, llevábamos los cambios del mes a mes en un hermoso porta retrato que una amiga de la vida nos obsequió, fotografiados, filmados, y maravillados de su belleza y paz interior, planificábamos cambios, como si fuera una aventura el tener un bebé.

La gran felicidad de tener a nuestro hijo nos invadía, y a veces, pensábamos y nos preocupaba el espacio, si al estar en un lugar pequeño para él, comenzar a buscar uno más grande.

En los primeros dos años estuvimos con muchas mudanzas, no encontrábamos nuestro espacio, trotamundos, el amor era lo más importante. Nos mudamos tres veces, desde mi embarazo, y lo que eso acarrea, y hoy comprendo que no es recomendable para armarle las rutinas, pero eso lo sé ahora, antes no lo sabía...

Lo amamantaba y dejaba preparada leche materna para su alimentación, y tenía que intercalarla con suplementos, puesto que se alimentaba bien y debía aumentar de peso. Dormía profundamente sin interrupciones, era un bebé tranquilo, y comía con horarios.

Algunas personas luego del año, me decían que no focalizaba tanto la mirada, o no respondía a su nombre, pero con sus padres, sí lo hacía, al menos, notábamos nos devolvía el amor que tanto expresaba, en mis cuidados, se calmaba con canciones, música terapéutica, y juegos simbólicos, disfrutaba canciones de cuna, así como algunos juegos con su papá, y su desarrollo era normal hasta el año y pocos meses.

 

Hoy, formada en el diagnóstico, retrocedería solo para darme cuenta de lo importante que es el TIEMPO... Comenzaría una y otra vez a priorizar tutoriales de estimulación temprana, que no traemos con nosotras las mamás, pensando que cuando los niños no lo traen de forma innata, hay que provocarles lograr que pasen por todas las etapas, y no saltear ninguna.

No fui de tener niñeras, sino que la crianza en sus primeros dos años de vida fue totalmente mia, y por algunas tardes, compartida con mi madre, pero a la vez, disfrutamos y amamos a este ser de luz, ángel de amor, que tanta felicidad nos daba.

Es un regalo del cielo que uno brinda a las abuelas, cuando les dejás a su nieto de bebé y valorás su cuidado, noches en vela, cada afecto, atención, palabras y enseñanza, de sus abuelas Rosa y Mariza con su nieto Luciano, en su niñez, amándolo y cuidándolo.

El destino hizo que cada año nos tuviéramos que mudar, parecía que nunca encontrábamos nuestro lugar en el mundo... Ya sea por trabajo, por costos, por estilo o calidad de vida, o nuestra propia forma de mirar la vida, hacía que estemos en constante movimiento, tanto fue así que nunca respetábamos rutinas fijas o firmes para nuestro bebé... Eso fue un traspié, que hoy lo comprendo.

Si bien estábamos siempre acompañados en su primera infancia, teníamos la presencia de los abuelos dispuestos, colaborando en alguna noche para quedarse con el nieto, para no perder la magia de las salidas a solas, las salidas de novios, que tanto habíamos disfrutado, y que nos prometimos desde el noviazgo no perder...

Y marcó mucho de nuestro compañerismo a futuro, el haber disfrutado tanto nuestros dos años de noviazgo y convivencia como umbral fortalecido para la llegada de Luciano.

Sabíamos por recomendaciones de amigos y de mi hermano Enrico, que luego de tener hijos, son etapas que no vuelven, y se precisa revivir un poco, siendo ambos jóvenes, de esa adrenalina de las salidas nocturnas y la independencia dejando al bebé con los abuelos.

Uno no programa el destino, y realmente se da a la fuerza, y no creo que sea un factor importante, pero resalto que a estos niños se les dificulta el perder la rutina de sus hábitos, y vivimos esos procesos de cambios constantes desde mi embarazo hasta sus primeros dos años de vida, sin parar.

Recuerdo que, a los 7 meses de embarazo, abrimos un negocio con mi hermano Enrico, mi único hermano y gran persona, con el apoyo de mis padres que vendieron su negocio y pasaban a jubilarse; abrimos un local de cobranza, y su inicio coincidió con la última parte del embarazo a 7 meses de gestación de Luciano. Mi hermano Enrico me apoyó en todo, para que no pierda el foco de la maternidad, pero sin duda, mi interior también quería colaborar con él al menos unas pocas horas diarias, ya que las olas de robos azotaban a estos negocios una década atrás, y tampoco era recomendable ir con el cochecito y el bebé para atenderlo. Entonces, plantié a Pablo una nueva mudanza, para estar cerca del negocio, si bien contábamos con otros apoyos por el extenso horario.

A veces el propio destino te hace focalizar el primer año del niño en muchas actividades simultáneas, pero en los primeros meses del niño, contando con el apoyo incondicional de mi madre por vivir muy cerca, al mudarnos, y me ayudaba en el cuidado diario.

Dormía sin una rutina de habitación fija, ya sea por trabajo o mudanzas, iba de casa de unos abuelos a los otros abuelos varios días a la semana.

Hoy, con una mirada crítica, observo a otras mamás, que ya a pocos meses de tener el bebé, piden que lo cuiden siempre en su propia habitación, que conserve su espacio, permanezca y reconozca una única cama, y lugar, pero a veces no coincide con el tipo de vida que uno debe llevar. Uno hace todo lo que puede y valora el apoyo recibido por todas las etapas atravesadas.

Ignoraba si esto podía o no ser una ayuda en su desarrollo temprano, ya que hasta esa etapa no notábamos ninguna anomalía en su desarrollo, los controles pediátricos eran normales.

Mucho nos preocupaba mantener la llama viva del amor, y buscábamos espacios para seguir noviando y noviando, pero no sabíamos que la atención era primordial para lo que se iba a venir... Si bien como papás lo veíamos a veces alejado, en su mundo propio, desconocíamos que algo estuviera mal, sino que jugaba y se entretenía con los dibujos del cable, o sus juguetes, “ ido en su mundo imaginario”.

Si hubiera sabido antes lo que sé hoy, de que la integración sensorial de los sentidos estaba alterada en algunos aspectos, entiendo hoy lo que le hubiera ayudado una terapista ocupacional.

Esa desintegración sensorial obliga a estimular a los bebés que no tengan emotividad hacia los miedos, o hacia los sentimientos, que comiencen a comprender las emociones; es una gran terapia que no puede dejar de ser tratada para los niños en su primera infancia, diagnosticados o con una condición similar. A veces ayuda a superar bloqueos emocionales.

Cómo me hubiera gustado estar más preparada, para detectar y haberle brindado la tan recomendable terapia ocupacional, hoy existe y se practica desde los primeros meses de vida, y no se espera a sus dos años para arrancar con las terapias de apoyo multidisciplinarias, desarrollo cognitivo; esta terapia Luciano la conoció recién a sus 7 años, pues no había sido derivado a sus primeros años.

La inseguridad y factores económicos propusieron la venta, del negocio y tanto mi hermano como yo, la búsqueda de reinserción laboral. Mi vocación por mi carrera y acostumbrada a trabajar desde los 19 años insertada en empresas internacionales, hizo que, a los siguientes seis meses, año y medio de Luciano, ya volviera reinsertarme laboralmente; Felizmente encontré opciones de media jornada, en asesorías de marketing en una financiera de un amigo, cargo de confianza, en un punto neurálgico del marketing empresarial. Acepté esa asesoría y de forma paralela, en el mismo horario, la búsqueda del jardín de infantes para Luciano. Mis amigas me comentaban que era recomendable que estuviera con otros niños, al no tener hermanito, y que se adaptara a un jardín, para las rutinas, disciplina y poder liberar un poco a mi madre que tanto me apoyaba en el día a día por sus dos primeros años.

Encontré un jardín de infantes bilingüe frente a donde trabajaba, ¿qué más podía pedir...? Excelente, pensé, ya estaba organizada, jardín bilingüe, buena remuneración financiera en marketing, estaba feliz, me sentía realizada. Y mi esposo trabajando hasta la tardecita con sus padres, en su negocio familiar, nos reuniríamos a fin de tarde los tres.

Seguía sumando más... Se me invitó a participar, por colegas de primera línea, para un nuevo proyecto de publicidad, el traer una importante marca, y así de a poco, armando mi nuevo destino laboral mientras el niño transitaba sus primeros pasos en el jardín, cuando nada sabíamos de su diagnóstico, pensábamos lo lindo de empezar a hacer “amiguitos”.