Antártida

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Antártida
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CARLOS FLESIA

Antártida
Conocerla, amarla, protegerla


Flesia, Carlos

Antártida : conocerla, amarla, protegerla / Carlos Flesia. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-1828-6

1. Antártida. I. Título.

CDD 910

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com

Imagen de portada: fue tomada en el jalón demarcatorio del Polo Sur Geográfico (South Pole Station).

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

Impreso en Argentina – Printed in Argentina

PIEDRAS ANTÁRTICAS

Allí termina todo

y no termina:

allí comienza todo:

se despiden los ríos en el hielo,

el aire se ha casado con la nieve,

no hay calles ni caballos

y el único edificio

lo construyó la piedra.

Nadie habita el castillo

ni las almas perdidas

que frío y viento frío

amedrentaron:

es sola allí la soledad del mundo,

y por eso la piedra

se hizo música,

elevó sus delgadas estaturas,

se levantó para gritar o cantar,

pero se quedó muda.

Sólo el viento,

el látigo

del Polo Sur que silba,

sólo el vacío blanco

y un sonido de pájaro de lluvia

sobre el castillo de la soledad.

Pablo Neruda


6-2-2006, 6 de la mañana. Anclábamos en Base Orcadas. Multitud de témpanos de mil formas, turquesas, azul cerúleo… Día 35, 2006. Acuarela, 25 x 35 cm. De la serie “Detrás del círculo polar” Marina Curci

PRÓLOGO
POR MATEO SALVATTO

Admito que ser una de las personas que prologa este libro me genera un enorme desafío. Para empezar, siento una enorme responsabilidad, por dos motivos: primero, porque sé por experiencia propia lo que significa escribir un libro, y el esfuerzo y el tiempo que eso conlleva. Pero, segundo, y especialmente, porque considero que este tema tiene una importancia fundamental para pensar la Argentina del futuro.

Empiezo aclarando algo: no conozco la Antártida en persona (todavía). Pero creo que todos los argentinos deberíamos conocerla, al menos, mediante el enorme trabajo de Carlos en estas páginas.

La primera vez que fui al Comando Conjunto Antártico, en la calle Paseo Colón, por invitación de Carlos, quedé impactado por varios motivos. No solo por la increíble historia de la presencia argentina en la Antártida, ni por los ambiciosos e interesantes proyectos que me transmitieron sobre cómo incorporar tecnología de punta en ese territorio, sino principalmente por la camaradería y el grupo humano con el que me encontré.

La pasión con la que se trabaja, el sacrificio que se hace en terrenos inclementes y alejados es verdaderamente admirable.

Me acuerdo de haber pensado, mientras volvía a mi casa, que si los argentinos pudiéramos reproducir esa pasión, esa capacidad de cooperación y esa camaradería en el continente, ¡Qué distinto sería nuestro país!

Las posibilidades de vincular los programas científicos y la conservación del medio ambiente con la tecnología son innumerables, solamente limitadas por nuestra creatividad e imaginación!!! Este gran laboratorio, el antártico, es una muestra tangible de las ventajas de la cooperación internacional y entre entes públicos - privados.

Por eso creo que la experiencia de conocer la Antártida no solamente tiene un sentido geopolítico y geoestratégico relacionado con la presencia de nuestro país en ese continente, sino también, aunque cueste creerlo, para el resto del territorio nacional. Y no solo por las oportunidades que puede haber en la Antártida, sino principalmente porque tenemos mucho que aprender sobre la presencia argentina allí.

Leyendo este libro vuelvo a confirmar algo que trato de transmitir siempre: Argentina tiene un enorme futuro. Nuestro gran desafío es trasladar ese futuro al presente. Y leer el libro de Carlos es un primer paso para hacerlo.

PRÓLOGO
POR NICO RYAN

Conocer la Antártida no es fácil, muchos sueñan con llegar y descubrir ese lugar, tan distinto, único y de difícil acceso.

A mí me tocó conocerlo de la mano de una persona que ama y conoce profundamente este continente.

Mi acercamiento con Carlos fue gracias a un amigo en común que nos vinculó para poder trabajar en un proyecto que seguimos impulsando con mucho esfuerzo. ¡Procuramos acercar a los argentinos de una manera más accesible! Pero eso es parte de otra historia que seguramente podremos compartir dentro de poco.

En reiteradas ocasiones, hablando de cuestiones vinculadas a la Antártida, durante la conversación algo le hizo recordar una historia llena de conocimiento y valor. Siempre lo quede mirando de la misma manera, con esas miradas que dicen, “¿esperaste hasta este momento para contármelo?”. Así es Carlos, conservador y muy humilde a la hora de compartir su infinito conocimiento sobre la Antártida.

Tenés en tus manos una gran oportunidad de conocer sobre esta maravilla de una manera única, una manera que te va a hacer que la ames y quieras cuidar como me paso gracias a mi gran amistad con el autor.

El 29 de enero de 2019 es un día que nunca voy a olvidar, volamos desde Río Gallegos a la Base Marambio y ahí nos embarcamos en el Rompehielos ARA Almirante Irizar rumbo a la Base Petrel.

En este maravilloso lugar tuve la suerte de compartir 17 días. Oportunidad única para aprender y entender la importancia que tiene el trabajo que se realiza en la Antártida y, fundamentalmente, la inmensa historia de dedicación y compromiso de nuestro país con una presencia ininterrumpida en el Continente desde 1904.

Es ahí donde realmente conocí a Carlos y comprendí la Antártida de la mano de quien puede discernir sobre cada detalle, con la suerte de estar rodeados de tanta inmensidad y silencio.

Como dije, acceder a la Antártida no es fácil, pero si ese día llega, más vale estar bien preparados. Espero que puedan disfrutar empezando con este primer paso que nos lleva a conocerla de la mejor manera.

ACLARACIONES AL LECTOR

Las afirmaciones contenidas en este libro son el resultado de las experiencias personales adquiridas en más de veinticinco años de relación directa con la temática antártica.

Es altamente probable, diría naturalmente esperable, que este aporte a la difusión de la problemática de nuestro continente se encuentre influido por sentimientos y pasiones; propias de mi personalidad y de las situaciones que tuve la fortuna de vivir a lo largo de tantos años.

Haber desempeñado durante dos campañas invernales el cargo de jefe en las Bases San Martín (1996) y Esperanza (2003), me permite dimensionar en primera persona el rigor del ambiente y su influencia sobre la seguridad y performance de las personas, los equipos de trabajo, la infraestructura y los materiales.

La soledad del mando en su máxima expresión. La tremenda responsabilidad que significa tener a cargo un grupo de personas en tan particular contexto, sumado a la variopinta conformación de la dotación de una Base Antártica de invernada, implica un gran desafío para el mando y la convivencia. Siento profundo orgullo, infinito respeto y cariño por los integrantes de mis dos dotaciones.

Interpretar la manera de actuar generando empatía con los miembros del Instituto Antártico Argentino, del Servicio Meteorológico y otros organismos involucrados; algunos de ellos con vasta experiencia y otros jovencitos, me abrió la cabeza a un nuevo universo de expectativas.

Haberme desempeñado durante años como oficial de operaciones, de I+D, Director de la Escuela de Capacitación de Comando Antártico del Ejército y una vez retirado, vincularme desde el lado privado a través del turismo; ha sido una magnífica oportunidad adentrarme y comprender las diferentes aristas del problema antártico.

Interactuar mano a mano con antárticos de diversas procedencias, especialmente británicos y chilenos; comprobando que, como se dice vulgarmente, “estamos cortados por la misma tijera”, resultó sumamente enriquecedor.

Conservando las particulares de cada cultura, nacional u organizacional; gubernamental, no gubernamental o privada; he comprobado con claridad que existe un hilo conductor, numerosos aspectos y sentimientos comunes que unen a los antárticos del mundo.

Estoy convencido que existe la comunidad antártica. Esta convicción me abre la ventana al mundo antártico desde una posición más “Soft”.

Los conceptos vertidos en este libro no son el resultado de una investigación científica. Sino un intento de divulgación integral de un problema tan complejo como importante e interesante. Una manera de devolver y transmitir lo aprendido.

 

Los capítulos 2 y 3, dedicados a flora y fauna respectivamente, describen la sorprendente capacidad de adaptación de las distintas especies del reino vegetal y animal a las más extremas condiciones del planeta. Mis principales fuentes de consulta han sido “El desierto de cristal”, obra del escritor y biólogo estadounidense David Campbell y “Antártida - Las leyes de las COSTAS y el MAR” escrito por el destacado biólogo y antártico argentino Santiago de la Vega.

La inmensa variedad y abundante cantidad de seres vivos y microorganismos submarinos habitantes del ecosistema antártico no están alcanzados debido al alto grado de especificidad que implica su tratamiento, en la intención de mantener el foco y objeto del trabajo.

Las imágenes y fotografías no tienen propiedad intelectual. Son, en su mayoría, de autoría personal, algunas cedidas generosamente por el reconocido fotógrafo y querido amigo Marcelo Gurruchaga y otras obtenidas de sitios de internet públicos.

Como buen primer libro, asumo los errores o limitaciones que seguramente contiene. Quedo a disposición del lector para poder ampliar o tratar cualquier aspecto, contenido o no en el mismo, relacionado con el mundo antártico.

A estos fines, les dejo mi dirección de correo electrónico: flesiacarlos@gmail.com


Dotación de la Base San Martín. Campaña de invierno 1996.

DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS

Este libro está dedicado a mi familia, Rosana, Ailén, Belén y Franco. Comparten y han bancado esta pasión por la Antártida. Tuvimos la fortuna de vivir en la base Esperanza durante 2003.

Quiero agradecer y mencionar especialmente al General Hernan Pujato por compartir sus experiencias y enseñanzas durante los días en que tuve, junto a otros camaradas, el honor de cuidarlo y asistirlo en sus últimos años.

A la familia y fundación Perez Companc, partícipes fundacionales y constantes colaboradores de la presencia antártica argentina.

Al Cnl Carlos Feroglio. Un comandante que me transmitió una manera moderna, integral e innovadora de entender y conducir la logística antártica.

A mi tutor de tesis en la maestría de RRII de la Universidad del Salvador, Ministro Gustavo Bobrick.

A mis dotaciones de invernada en San Martín 1996 y Esperanza 2003. Especialmente a unos de mis grandes maestros: el Suboficial Mayor Rudy Bulacios.

A mis instructores, profesores y cursantes de la Escuela Antártica durante la gestión como Director y a los personajes con quienes nos lanzamos a la aventura en ALCI Novo Camp después del retiro.

He aprendido mucho de los viejos antárticos. Represento mi agradecimiento en el Cnl Adolfo Quevedo Paiva, el Teniente Jose Josa, el CN Vicente Federici, el Dr Carlos Rinaldi, el Dr Roberto Fontana y el Dr Eugenio Genest.

A todos los camaradas de la Fuerza Aérea, de la Armada y del querido Ejercito Argentino con quienes hemos compartido innumerables horas de vuelo, días de navegación, campamentos, marchas y largas jornadas de trabajo; va mi infinito gracias.

Los investigadores y tecnólogos argentinos y extranjeros me enseñaron mucho. Son incontables. Quiero destacar a Pedro Svarkca, Rudy del Valle, Tony Curtossi, Coco Coria, Gustavo Ferreira, Enrique Marschoff, Eugenio Yermolin, Juan Lirio, Marcela Libertelli, Giovanna Donini, Silvia Coria, Hector Ochoa, Seba Marinseck, Adrian Silva, Marta Barbarito, Sergio Santillana, Sergio Marenssi, el gurka Gutierrez, Marino Russi, Milton Placencia, Dale Andersen y Alain Hubert. Ahhh!!!, Julio Aveggio del Servicio Meteorológico Nacional, Beatriz Lorenzo, glacióloga incansable en el Rompehielos Alte Irizar y al profe Carlos Bronzini de la Facultad de Ingeniería del Ejército. Siempre listos para colaborar e ilustrarme.

Muy especialmente, menciono al profesor Fernandez y su discípulo y sucesor el profesor Castro del Instituto Geográfico Militar; por su calidez humana y enseñanzas para orientarnos y navegar por el sol y las estrellas, en épocas en que no existía el GPS.

Menciono con particular aprecio a Tudor Morgan, Base Comander en Rothera Station 1996 y todo su equipo. ¡Unos genios! Siempre estaré agradecido por la mano que nos dieron y por el periodo compartido durante ese invierno.

Ni hablar de nuestros hermanos chilenos de la Base O´higgins 2003. En nombre del estimado Tcnl Gilberto García Rojas vaya mi afecto a todos ellos.

Al incendiarse el Rompehielos Alte Irizar, ALCI permitió el relevo de Belgrano 2 en 2007. Allí nació una relación de amistad y trabajo que perdura hasta hoy. Mi gratitud siempre será insuficiente para con Mirella, Vasily y Alexei. Spasiba!!!

A mis grandes maestras en cuanto al manejo del turismo, Ute Hohn-Bowen (Antarpply) y Lisa Kelley (IAATO). ¡Gracias totales!

A Marcelo Gurruchaga, maestro de la fotografía que aportó varias de las fotos de este libro; Marina Curci, deliciosa acuarelista, al director de cine Martin Subira y al radioaficionado Roberto Franco. Amigos y colaboradores incondicionales. ¡Gracias por estar siempre!

A Federico Guerrero (Quixote Expeditions) y Sebastián Arrebola (The Polar Travel Company), por ser tan colaboradores y siempre bien dispuestos.

A Mariano Wullich (La Nación) y Susana Rigoz (DEF e Infobae). Les quiero agradecer por apoyarme e incentivarme a escribir y publicar.

A Alberto Grafigna (Ansilta), Marcelo Azqueta (Legacy), Eduardo Falabella (Rincon Club), Guibert Englebienne (Globant), Fernando Gonzalez (Exo), Fabricio Belpasso (ITP), Pablo Naya (Sero Electric), Tomas Chernoff (CHE3D) y Jaume Ross (Centro de Ski Caviahue). Desde el sector privado sienten la pasión antártica y siempre están a disposición.

Por atreverse a soñar que es posible desarrollar el turismo antártico desde Argentina, menciono y agradezco especialmente a los tres mosqueteros: Mario Zirolli (Furlong Incoming), Leo Fernandez (Solo Patagonia), Nico Ryan (Ryan´s Travel). También al intrépido montañista guía polar y argentino Tomy Ceppi (Tomasceppiexpeditions).

A mis camaradas de la promociones XXX del LMGB y 115 del CMN, por mantener cada vez más sólidos nuestros lazos de amistad y compañerismo.

Finalmente, por haberse puesto la camiseta naranja y escribir el prólogo tan generosamente; agradezco a Mateo Salvatto y Nico Ryan. Jóvenes exitosos, responsables y mejores personas. Ejemplos para una juventud que busca caminos creativos en un mundo tan desafiante.

INTRODUCCIÓN

“ANTÁRTIDA, Conocerla, amarla, protegerla”; mi primer trabajo literario, fue concebido como una herramienta introductoria al conocimiento de este continente atrapante, interesante, motivador. De vital influencia e importancia de alcance global.

Hay pasajes con anécdotas y pensamientos personales y otros donde acerco contenidos de un modo más frío y objetivo.

El abordaje es integral. Su lectura, sumerge progresivamente al lector en la cuestión Antártica.

Comenzando por los orígenes y conformación del continente, sus características distintivas, flora y fauna; se llega a lo inevitable: la presencia humana.

Una época heroica, de descubrimiento y disputas comerciales, fue generando tensiones hasta desembocar en una situación de conflictividad, génesis de un cambio de paradigma: el Tratado Antártico; enfocado en conservar a nuestro continente como una región de paz.

Sigue la época moderna caracterizada por el fortalecimiento del Tratado y su progresiva evolución hacia un sistema de normas.

El Protocolo de Madrid y sus Anexos de Protección Ambiental; la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos y otras instituciones y compromisos internacionales fueron moldeando cuerpo de normas conocido como “Sistema del Tratado Antártico”

Ese pasaje del libro muestra como el Sistema, complejo y dinámico, evoluciona constantemente buscando fijar las pautas de gobierno para proteger el medio ambiente y priorizar el desarrollo de la ciencia.

El aporte más personal aparece en los capítulos finales donde propongo una visión sobre los alcances de la logística antártica y una probable evolución de la actividad en el continente.

Insisto, la principal ambición es entusiasmar al lector y aproximarlo al conocimiento de la Antártida.

Subsidiariamente, ejercer un efecto motivador.

Hay espacios en instituciones de alcance provincial, nacional o internacional para nuevos líderes políticos con vocación antártica.

No solo Instituciones y profesionales de las Relaciones Internacionales o Ciencias Políticas; también hay espacios para aquellos dedicados a la investigación en múltiples disciplinas científico tecnológicas. ¡Encontrarán en la Antártida un campo de acción infinitamente amplio y desafiante!.

Proveedores de bienes y servicios, privados o gubernamentales; relacionados con la logística, el turismo, comunicaciones, obtención y transmisión de datos, monitoreo remoto, robótica, etc; progresivamente irán sumando protagonismo y encontrando oportunidades.

Ellos son los principales destinatarios. Si logro movilizarlos y sumergirlos en esta nueva cultura, habré cumplido el objetivo de este trabajo.

CAPÍTULO 1

El desierto más hostil e inhabitable


1. 1. Origen

Alfred Wegener1 nació en una familia de pastores en 1880 en Berlín. Entre 1900 y 1912 estudió física, meteorología, astronomía y realizó sus primeras expediciones polares a Groenlandia.

En 1912 asombró en el congreso de Geología de Frankfurt al hablar por primera vez del origen de la formación de los océanos y de los continentes.

Durante la IGM fue movilizado por el Ejército alemán como integrante del cuerpo de meteorología. En ese período también trabajó sobre su obra principal “El origen de los continentes y los océanos”, publicada en 1915.

Observando la curiosa correspondencia de las costas en oposición de los continentes, y basándose pruebas geofísicas, paleontológicas, biológicas, geológicas y geodésicas; formuló su teoría de la deriva de los continentes, enunciando sintéticamente:

¨El suelo del océano renovado por las ascensiones de lava, aparta los continentes haciéndolos derivar¨.

Años más tarde, otros científicos corroboraron la validez de su teoría, identificándola como ¨Tectónica de placas terrestres¨, ¨Desplazamiento de placas tectónicas¨,¨Deriva continental¨ o simplemente: ¨Tectónica de placas¨


La deriva de los continentes se produce como consecuencia de la erupción del magma a través de fisuras del fondo marino, cuya acumulación presiona las placas y desplaza las masas continentales2 . Este extraordinario fenómeno nos explica la navegación de la Antártida hasta su actual ubicación.

Alejándose progresivamente de las corrientes cálidas, comenzó su glaciación, origen del aspecto agreste y blanco majestuoso que la distingue.

1. 2 Ubicación y descripción

La Antártida abarca los territorios al sur del paralelo 60º S, que es la región a la que se refiere el Tratado Antártico.

Con excepción del norte de la península, prácticamente todo el continente se encuentra al sur del círculo polar Antártico (66° 33´ S).(Ver Mapas en anexos).

Tiene una forma casi circular, de la que sobresale la península Antártica en dirección sur-norte. Un diámetro de unos 4500 km y una superficie de alrededor de 14 millones de km2. Menos del 2% se encuentra libre de hielo.

Es el continente más frío, seco, ventoso y con mayor altura media del planeta (más de 2000 m sobre el nivel del mar). Está rodeado por océanos, a diferencia del Ártico, que es, en esencia, un océano rodeado por continentes.

Las montañas transantárticas, una alineación elevada de unos 4000 km de longitud, dividen el continente en dos partes desiguales: la Antártida occidental y la Antártida oriental.

 

Esta última está constituida, sobre todo, por rocas muy antiguas, en su mayoría de más de 550 millones de años y recubierta por una capa de hielo que, en algunas zonas, llega a superar los 4500 m de espesor.

No sucede lo mismo en la Antártida occidental, sector situado al sur de América del Sur que incluye la península Antártica, donde las rocas son más recientes, la cubierta de hielo es más delgada y además, se encuentra la montaña más alta del continente, el monte Vinson (de 4897 m sobre el nivel del mar).

En esta porción del continente, en las últimas décadas se manifiesta un aumento de temperatura y una pérdida de hielo más intensos que en la Antártida oriental.

Existen algunos volcanes activos, como el de la isla Decepción, en el sector septentrional de la península Antártica, o el Erebus, de 3794 m de altura, en la isla Ross (Antártida oriental), que domina la barrera de hielo de Ross.

Se conocen más de 150 lagos ocultos bajo el hielo antártico, en algún caso a más de 3600 m bajo la superficie, como el lago Vostok, con unos 14000 km2 de extensión.

En forma de hielo, se almacenan más de las tres cuartas partes del agua dulce existente en la Tierra, ya que el espesor medio de la capa helada supera los 2000 m.

Con sus 14 millones de km², es el cuarto continente en superficie, detrás de Asia, América y África y delante de Europa y Oceanía.

Además del Polo Sur geográfico (1), 90º Sur, donde todos los caminos van al Norte...; existen otros polos relevantes dentro de la Antártida.

El Polo Sur magnético (2) (donde todas las líneas de campo apuntan hacia arriba y las brújulas no pueden distinguir los puntos cardinales). Se ubica en la actualidad sobre el Océano Glacial Antártico, cerca de la Tierra de Adelia y la Tierra de Wilknes.

El Polo Sur geomagnético (3) (el lugar donde atraviesa el campo magnético imaginando el planeta como un dipolo magnético -un imán- perfecto) está cerca de la estación rusa Vostok.


Finalmente, el polo sur de inaccesibilidad (4). Es el punto de la Antártida más lejano a la costa, a unos 800 kilómetros de distancia del Polo Sur geográfico. Hubo allí una antigua estación de investigación soviética (cuyo único registro en la actualidad es un busto metálico de Lenin).