Buch lesen: «Barcelona 2020»
Dedicatoria
Si tus ojos lo ven, es cierto, ha sido verdad.
A las palabras, porque honren siempre la memoria de los que ya no están.
Crónica visual de una ciudad resiliente
Ada Colau Ballano
Alcaldesa de Barcelona
Decía Umberto Eco que la misión de los creadores es establecer un nuevo orden: «Algunos dicen que el mundo es repetitivo, otros, que siempre es sorprendente y distinto». La crónica visual que tienen en las manos es un artefacto de memoria personal, que con los años pasará a ser un artefacto de memoria colectiva.
El diario fotográfico de Jordi Panyella documenta la ciudad confinada y busca lo que es sorprendente y distinto donde la mayoría solo ve falta de movimiento. No encontrarán en él únicamente el registro de calles vacías, de comercios cerrados, de mensajes de esperanza, sino también la memoria viva de esta primavera del 2020 en la que la ciudad y el mundo se pararon.
Este confinamiento y sus retos no son el primer golpe al que se enfrenta esta ciudad, que ha sabido rehacerse de situaciones complicadísimas: bombardeos fascistas, hambre y miseria durante la guerra, y más recientemente del hundimiento del túnel del Carmel y los atentados de la Rambla.
La capacidad de resiliencia de la ciudad es la capacidad de resiliencia de su gente, que incluso en los peores momentos salen adelante y ponen la vista siempre en el futuro. En este sentido, la Covid-19 nos ha arrebatado muchas cosas, y sin duda la más dolorosa ha sido no podernos despedir de nuestros vecinos y vecinas, de nuestras familias y nuestras amistades que nos han dejado durante este período.
También nos ha dado la oportunidad de parar y bajar nuestro ritmo. De reflexionar sobre todo lo que no funciona, todo lo que queremos mejor. Ahora que Barcelona, y poco a poco también el mundo, se abre de nuevo a la vida, la responsabilidad es nuestra: tenemos que hacernos cargo de estos aprendizajes, sacar lo mejor de nosotros, acelerar los cambios que deben hacer posible esta transformación como vecinos y vecinas de esta ciudad luchadora y resiliente. Aprendamos de esta experiencia y cuidémonos los unos a los otros. Solo así saldremos adelante.
Del silencio, imágenes
Jordi Panyella
Barcelona, primavera de 2020
Para un periodista de papel y de palabras, un animal de tinta y rotativa, el mundo al revés significa que, de la noche a la mañana, aún sin saber muy bien por qué, la imagen capturada en una fotografía se convierte en su canal de expresión, y el discurso en una ristra sin fin de estas imágenes. Ningún vocablo, ningún verbo, ningún elemento de puntuación, ningún signo de puntuación, ningún signo de exclamación. Increíble, pero cierto, es así, es la metamorfosis imposible hecha realidad.
De repente el mundo es algo tan nuevo como desconocido y las palabras, herramienta de trabajo de cada día, aparecen como sobreras. El lenguaje del mundo antiguo ha pasado a la historia. Lo que se ve ya se manifiesta por sí solo, no es necesario escribirlo negro sobre blanco. El relato se transforma en un desfile visual, en un viaje que va del silencio más profundo, doloroso, espantoso, a la inverosimilitud más irreal, más histriónica. El abismo en la calle, el abismo dentro de casa.
Para un periodista acostumbrado a vivir y ver las noticias desde la barrera de la privilegiada primera fila, desde la línea roja que obliga a la no-interferencia en los hechos que se deben explicar, vivir dentro de una noticia gigantesca, una noticia que lo llena todo, una noticia que marcará la vida de toda una generación, se siente como un hecho excepcional, único, irrepetible. De repente, la calle se vuelve una fuente de hechos noticiables, en una concatenación de sucesos que deben ser explicados, cada uno de ellos, porque todo se convierte en novedad, en profecía de una realidad desconocida. No existen suficientes ojos para mirar, no existen suficientes objetivos para tantas fotografías que hay por hacer, para tantas imágenes únicas que capturar.
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